Sáb. Abr 20th, 2024
  • Finanzas de Veracruz
  • ¿Carpeta de Inversión?

Veracruz (México).—No cabe la menor duda ni la mínima sospecha.

Tres personajes de la política regional —si encaja el adjetivo—, vieron en Veracruz la salida más rápida a sus agudos problemas económicos.

Los señores Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, en riguroso orden de aparición, buscaron dinero fácil para resolver tareas personales que en nada han beneficiado al desarrollo de Veracruz.

Las sospechas primero, las evidencias después y los hechos al final de la jornada política y administrativa, confirmaron su preferencia monetaria a gran escala, sin límite.

Alemán Velasco llega a la gubernatura por recomendación del presidente del consejo administrativo de la empresa Televisión Satelital, S. A. (Televisa) con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari.

Herrera Beltrán convence al actual presidente del consejo de administración de la empresa Interjet, S. A. de C. V., a impulsar su candidatura aprovechando el vacío de que el presidente del país en ese momento era de la más pura expresión panista y la dirigencia del  comité ejecutivo nacional del PRI, carecía de un auténtico liderazgo.

También alentó al presidente de la Fundación Miguel Alemán, A. C., a contratar una línea de crédito por la suma de tres mil 500 millones de pesos con las bancas de desarrollo y comercial, meses antes de concluir su mandato.

El compromiso verbal más no escrito, de proteger la espalda, no barrer hacia atrás, no levantar lápidas y cubrir el monto de la línea de crédito bancaria, facilitó el ascenso a la gubernatura del hijo distinguido de Nopaltepec, congregación del municipio de Cosamaloapan.

Duarte de Ochoa logra la gubernatura de Veracruz con el apoyo de Herrera Beltrán, tomando en cuenta que la presidencia de la república estaba en manos del PAN y en la dirigencia nacional de PRI no figuraba un rostro con suficiente capacidad de liderazgo.

No sucede lo mismo en el proceso electoral del 2016 por la sencilla razón de que el PAN perdió el control en la residencia oficial de Los Pinos, para el retorno del PRI.

Enríque Peña Nieto rescata las viejas reglas electorales del tricolor: las gubernaturas, el senado y las diputaciones federales son del presidente; las presidencias municipales y diputaciones locales, de los gobernadores, y las sindicaturas y regidurías, de los alcaldes.

Todavía no se consolidaba como gobernador electo y Miguel Alemán Velasco se promovía en medios locales y de la ciudad de México, como fuerte aspirante a la presidencia de la república.

Pero le ganó el brinco Vicente Fox Quesada del PAN al obtener una votación superior a la generada por el candidato del PRI.

Igual fórmula aplicó Herrera Beltrán al autoproclamarse la mejor opción del PRI a la presidencia de la república.

El de Nopaltepec, pierde ante el empuje de Enríque Peña Nieto, rodeado de viejos políticos conocedores de las estrategias para vencer al oponente más astuto.

Algo similar intentaron en las elecciones del 2016, pero les salió el tiro por la culata con el triunfo arrollador de Miguel Ángel Yunes Linares, como gobernador electo por el Estado de Veracruz.

Alemán Velasco, Herrera Beltrán y Duarte de Ochoa, demostraron su verdadera personalidad política.

A ellos no les interesó en lo mínimo resolver los problemas políticos, económicos y sociales de Veracruz, sino más bien, les atrajo el aroma seductor de las finanzas generadas por el Estado con las participaciones del Gobierno Federal.

Los tres hombres públicos tienen un punto convergente: representan las administraciones, en riguroso orden progresivo, que más deuda han contratado con las bancas de desarrollo y comercial, para invertir en supuestos paquetes de obra pública.

En sus sexenios privilegiaron el desvío de recursos económicos y ejercieron a plenitud el peculado institucional, ante la mirada atenta de la población y la descarada complicidad de la mayoría de los integrantes de los diversos congresos locales.

Los tres se despacharon con el cucharón sopero, manejaron el tesoro del Estado con la libertad y el capricho de una cuenta personal. No dejaron títere con cabeza. Dispararon a todo aquello que condujera a la acumulación de riqueza fácil, barata, sin riesgo aparente.

Los resultados de las tres administraciones están a la vista. Un Estado arrodillado por el desorden financiero, por la inexperiencia en el arte de gobernar.

Jamás en la historia contemporánea de Veracruz, se había registrado el nivel de voracidad de tres gobernantes que, durante sus respectivas campañas, dijeron que en su mandato constitucional mejorarían el presente del Estado, para el bienestar de cerca de ocho millones de habitantes.

Todo fue una trampa.

Los aventureros de la política sacaron las uñas, mostraron el cobre, enseñaron los dientes y luego patearon el pesebre.

El desvío de recursos, malversación de fondos, evasión fiscal, lavado de dinero, peculado, retención de impuestos, corrupción, impunidad y cinismo, tienen en ellos a los más destacados profesionales en el arte burdo de tomar lo ajeno.

La presencia de grupos delicuenciales, vinculados al narcotráfico nacional y transnacional, encontraron en Veracruz la más segura de las guaridas.

El secuestro, la extorsión y el crímen, crearon una atmósfera de indefensión popular.

Veracruz se encuentra sitiado por la corrupción a gran escala.

El triunfo de Miguel Ángel Yunes Linares, semeja una pálida sombra para cambiar el rumbo de la administración pública.

Es vergonzante que contados senadores, escasos diputados federales, selectos diputados locales y número reducido de alcaldes, avalen el desvío de participaciones federales ejecutado en el curso de 18 años continuos de abusos del poder.

La complicidad institucional tiene en Veracruz una de sus mejores sucursales.

Bien valdría la pena el preguntar a la trilogía Alemán Velasco, Herrera Beltrán y Duarte de Ochoa, si Veracruz en determinado momento de sus mandatos significó ¿una carpeta de inversión o un botín de maleantes políticos?

Sólo para tus ojos . . .

La deuda de Veracruz asciende a más de cien mil millones de pesos mexicanos, la cual se terminará de pagar en el año 2045, si otra cosa no sucede.

Comentarios al E-mail: [email protected]