Vie. Abr 19th, 2024

  • Rectoría: crónica de una reelección anunciada

 

A nadie sorprendió, ni a propios ni a extraños, la reelección de la Rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Deifilia Ladrón de Guevara Gonzalez, porque era un hecho que ya se venía esperando, por lo que su designación por la Junta de Gobierno, simplemente fue para cumplir un mero trámite y requisito burocrático.

De esta manera, con una votación de siete de los integrantes a favor, uno en contra y una abstención, se decidió la continuidad de Sara Ladrón de Guevara al frente de la Máxima Casa de Estudios por otros cuatro años, hasta el 31 de agosto del 2021.

A nadie sorprendió —ni siquiera a los otros aspirantes a ocupar el despacho de las Lomas del Estadio xalapeño Jorge Manzo y Rocío Córdova Plaza—, porque la rectora en su primer período supo actuar políticamente hacia el interior y el exterior de la Universidad, para ganar protagonismos, principalmente por dos hechos fundamentales, primero por atreverse a cobrar públicamente al entonces gobernador del estado Javier Duarte de Ochoa por los recursos que no le estaban siendo entregados a la UV.

Las movilizaciones realizadas en las regiones del estado en donde la Universidad Veracruzana tiene instalaciones, le apuntaron como una líder política indiscutible, al ponerse al frente de la comunidad académica, estudiantil y de trabajadores, que lógicamente participaron en las marchas en demanda de los dineros, aunque no precisamente en apoyo de la rectora.

Otro de los apalancamientos que tuvo en su momento —con gran oportunismo— fue el abrirle las puertas de la Universidad Veracruzana al entonces gobernador del estado para que durante su campaña electoral pudiera acudir por vez primera en la historia de la institución a promover su imagen.

Más adelante reafirmó su posición, al lograr que el gobernador Miguel Angel Yunes Linares encargara a la Universidad Veracruzana, la elaboración de su Plan Estatal de Desarrollo, que tal vez sería oportuno empezar a cuestionar hasta donde se está dando cumplimiento a lo que establece también ese documento rector de la política pública estatal.

Si bien es cierto que gracias a la llamada “autonomía” de la Universidad Veracruzana ya no es el gobernador del estado en turno quien designa al rector o la rectora en este caso, no deja de ser digno de atención, el hecho de que en pleno período de selección del funcionario, el gobernador Miguel Angel Yunes haya ido nuevamente a las instalaciones de la Universidad Veracruzana, en lo que también puede considerarse como un gesto de apoyo hacia la reelegida rectora.

Lo cierto es que ha sido cuestionado por la propia comunidad universitaria, el hecho de que sea una Junta de Gobierno, integrada por notables universitarios, aunque algunos de ellos ni siquiera vivan en el estado de Veracruz, quienes decidan en base a una entrevista y exposición de planes de trabajo, quien deberá estar al frente de la Máxima Casa de Estudios.

Dada la importancia de la selección, la consulta tendría que ser ampliada a un órgano más representativo y completo, como lo es por ejemplo el Consejo Universitario que aglutina a representantes de la administración, estudiantil y académica de la UV, quienes por principio de cuentas conocen y viven la realidad y necesidades de la universidad.

Entonces tal vez por ahí deberían de empezar los cambios en la UV, con modificar el sistema de selección del o la rectora, por una forma más representativa, aunque para ello se tenga que modificar la Ley Orgánica de la Universidad Veracruzana.

Al anunciar su reelección por la Junta de Gobierno, la rectora anunció también cuatro ejes del plan de trabajo para los próximos cuatro años.

Los cuatro ejes del plan de trabajo de Sara Ladrón de Guevara son el liderazgo académico, la innovación para la generación del conocimiento y sus aplicaciones tecnológicas; la visibilidad y el impacto social y el gobierno y gestión.

Habría que mirar esos cuatro ejes hacia atrás, es decir en los primeros cuatro años de su administración al frente de la rectoría, cuales han sido los resultados logrados para mejorar las instituciones de docencia, investigación y difusión de la cultura.

Así entonces se tendría que mirar, por ejemplo, en el eje de Liderazgo Académico que comprende a estudiantes, académicos, la calidad educativa y la oferta educativa pertinente, hasta donde en los últimos años se consiguió «fortalecer las actividades de docencia e investigación que se realizan en la Universidad Veracruzana, promoviendo la innovación.

Hasta donde se ha dado prioridad a la atención de los estudiantes, la formación y la superación docente, y a la calidad educativa, entre otros.

Dice Pancho López el filósofo de mi pueblo que todas las comparaciones son odiosas, pero tenemos que recordar el rectorado de Roberto Bravo Garzón, que durante sus períodos al frente de la Máxima Casa de Estudios ejerció no solo un liderazgo de la comunidad universitaria toda, sino que tuvo su máxima etapa de desarrollo y su famosa descentralización.

Habrá que darle la razón a una de los aspirantes a la rectoría Rocío Córdova quien luego de conocer el resultado de la votación de la Junta de notables —perdón es de Gobierno— declaró que “Era una cosa cantada, todo se estaba proyectando hacia allá, no tomó por sorpresa a nadie, no creo que haya habido un suficiente análisis”.

Sobre la decisión de la Junta de Gobierno dijo que “es una continuidad, más de lo mismo, que ya sabemos que no fue bueno, parece que no quisieron ver en la junta de gobierno”.

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