Vie. Abr 19th, 2024
La perrita negra acompaña a un difuntito a la iglesia. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)
La perrita negra acompaña a un difuntito a la iglesia. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)

“Esta es una leyenda catemaqueña, adaptada por quien escribe Manuel Antonio Absalón Leal, VER PARA CREER, DE LA PERRITA NEGRA QUE ACOMPAÑA A TODOS LOS MUEROTS A LA MISA Y A SU ÚLTIMA MORADA”.

Leyenda Catemaqueña de un alma en pena

“¡Vieja!… ¿Ya tienes listo todo?… —Le decía el abuelito a su esposa—.
—“¡¿Todo qué, viejo latoso?!…
“¡Viejita linda lo que vamos a llevar al panteón hoy en la noche!…
—“¡Sí Viejito!… Ya tengo listo las flores, las moyitas amarillas y blancas; las telas de pla-tas y las siempre vivas… Las veladoras, las velitas, el incienso, el carbón y el sahumerio.”
“Porque, es que voy con los chamacos a comprar el chocolate y el pan, para llevar al campo santo.”
El abuelito con paso cansado, caminaba por las calles del pueblo, junto con sus nietos a la tiendita de don José Bueno, donde compró lo necesario para para esa noche: primero de noviembre.

La perrita negra acompaña al sacerdote quien oficiara la misa para un difuntito. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)
La perrita negra acompaña al sacerdote quien oficiara la misa para un difuntito. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)

Eran las seis de la tarde, todos listos caminaban rumbo al panteón; grandes plataneras y árboles rodeaban el pequeño panteón del pueblo, tumbas de tierras rodeadas de laja, llenas de albahaca y grandes sepas de lirios morados; tumbas destrozadas por las vacas.
Este era el segundo panteón que fuera construido al final del pueblo, las calles hoy 5 de Mayo, Progreso y Democracia; en una pequeña casita se encontraba el descanso, con un letrero que dacia: “DESCANSE EN PAZ BAJO EL MOZOTE, POR QUE NUNCA VOLVERAS A COMER TOPOTE.”
Ya todos reunidos calentaban el chocolate y cenaban; la abuela se ponía a sahumar toda la sepultura y continuaba con sus rezos, al igual que todos los que estaban en las diferentes se-pulturas.
En el silencio de la noche, a lo lejos se escuchaban los aullidos de los perros, los chamacos espantados se abrazaban de la abuelita, quien cariñosamente les decía: —“¡No tengan miedo!, hoy es un Día Sagrado, hay que ser muy respetuoso con los muertos, para que después no tenga uno que pagar y andar como alma en pena vagando por las calles de pueblo…
—“A ver viejo, cuéntale a los chamacos una de las historias que han pasado aquí en pueblo.”

La perrita negra escucha atenta la santa misa de un difuntito. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)
La perrita negra escucha atenta la santa misa de un difuntito. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)

“Pongan atención, allá por las afueras del pueblo, por casa de las campechanas, en una casa de zacate y costaneras, entre grandes árboles vivía Tía Tila Bachin (Báxin) Cóbix…
“Siempre con su enaguas negras, sus chinelas y sus trenzas amarradas en la frente senta-da en su butaque, nadie sabía cómo llego ahí, ni de donde era…
“Decían que era bruja, otros decían que era la Vieja Chichima…
“Siempre hablando sola o fumando un pedazo de puro; siempre andaba sola con unos 5 o 6 perros flacos que tenía, nadie sabe qué comía, pero su fogón siempre humeando con unos ja-rros o cazuelas negras de tanto humo…
“En la calle siempre la encontrabas con una vara arreando sus perros; si alguien la saludaba, solo arrugaba la cara; la gente le tenía respeto y miedo…

La perrita negra acompaña de la iglesia todo el camino hasta el panteón al difuntito. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)
La perrita negra acompaña de la iglesia todo el camino hasta el panteón al difuntito. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)

“Decían ‘Creo que es una alma en pena’…
“Cuando no la encontraban los campesinos recogiendo leña o hierbas, allá por el camino del Arenal, los caladores que llegaban en la madrugada, la miraban caminado entre los grandes apompos de la Laguna que venía caminado de la Punta de Chaltipan…
“¡Hijos, hasta los hombres nos persignábamos y decíamos Ave María Purísima, una alma en pena!…
“Llegaba, compraba su tenate de mojarritas y así, silenciosa regresaba en la oscuridad, perdiéndose en las calles del pueblo.”
—“¿Abuelito que no iba a la iglesia?…
“No hijos… Nunca la vieron en la iglesia, ni en el mercado, siempre metida en su casita con sus perros…
“Cuando doblaban las campanas que llevaban a algún difunto, siempre la mirabas parada junto a la torre del reloj, con su vara y sus perros; la gente la miraba, se persignaban o entre susu-rros decían ‘ahí esta Tia Tila como alma en pena’…
—“¡Abuelito!…¿Acompañaba?…

La perrita negra en el descanso en la capilla del panteón. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)
La perrita negra en el descanso en la capilla del panteón. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)

“¡No hijo! No les digo que no asistía a la misa o no acompañaba a nadie al panteón; así como llegaba, regresaba a su casa…
“Pasaron los años…
“Un día, los perros de Tia Tila, empezaron a estar aullando tarde y noche, y temprano los campesinos que iban a su milpa vieron que Tía Tila estaba muerta en su butaque…
“Le fueron avisar a las autoridades y al padrecito; llegaron, levantaron el cadáver, le man-daron hacer su caja con tío Celso Moreno; la tendieron en su casa…
“Esa noche se desató un fuerte aguacero, con tempestad, nadie fue a la velada, sola en su caja Tía Tila acompañada de sus perros…
“Temprano, las autoridades fueron a traer la caja, la llevaron a la Iglesia, donde el padrecito le hizo su misa, y luego la llevaron a enterrar al panteón, allá abajo”…
—“¿Abuelito fue la gente al entierro?…
“Unas que otras, personas, así fue la vida de Tía Tila; hijos pero eso no es todo, la gente empezó a notar que los perros se fueron a vivir abajo del quiosco, y que por las tardes un perra negra entraba a la iglesia cuando estaba la misa, seguida de los demás perros…

 La perrita negra da el último adios a los diferentes difuntitos que acompañó durante varios años. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)
La perrita negra da el último adios a los diferentes difuntitos que acompañó durante varios años. (Foto | D’Meme Absalón Leal 2015)

“Pasaron años los perros se murieron y la perrita negra seguía yendo a la misa y la gente se percató que también acompañaba a los muertos cuando los llevaban a enterrar…
“El pueblo empezó a decir es el alma en pena de Tia Tila Bachin, que anda penando; la gente grande fue muriendo de la perrita nunca se supo que pasó; se comentaba que después de muchos años volvió a aparecer otra perrita negra, acompañando a los muertos al panteón…
“Esto pasó a hacer una leyenda; hijos, llegamos al 2012, sin que nadie se percatara hace como año y medio, en el quiosco llegó una perrita negra, toda flaca y con sarna…
“La señora Roció Tinoco la llevó su casa, la desparasitó y cuidó al igual que más perros callejeros, lo impresionante que se volvió a repetir la historia de Tía Tila Bachin, la perrita negra, los domingo va a misa de 8 de la mañana, y cuando alguien fallece, espera al muertito frente del parque, lo acompaña a dentro de la parroquia, escucha atenta la misa, y luego acompaña al cadáver todo su recorrido al panteón, entra se hecha en el descanso, acompaña a su última morada, se hecha seria y tranquila, no pelea con ningún perro que le sale al paso…
“Cuando terminan de enterrarlo, se para, observa y se regresa al centro a seguir escuchan-do la misa y acompañar a las personas que son llamados de Dios…
“Asi es hijos, hay que ser buenos, ayudar al prójimo porque todo en esta vida se paga y no llegar hacer una ALMA EN PENA, que reencarnan en algún animalito.”
—¿Abuelito qué pasó con la perrita negra?…
“¡Hijos! Unos dicen que la atropelló un carro por la carretera, otros que desapareció, nadie sabe qué pasó. O a lo mejor era el Alma de Tía Tila Bachin que ya fue a descansar en Paz.”