¿Institucional=diligente=servil=sumiso?
Dentro de la Administración Pública se manejan diversos conceptos que si bien tienen un fin valido y justo, terminan por darle un fin erróneo y hasta perverso.
Ejemplo de ello, es la tan llevada y traída “institucionalidad”, concepto que en su origen conlleva mecanismos de orden social y cooperación que procuran normalizar el comportamiento de un grupo de individuos, —es decir—, que son normas de conducta y costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las particulares organizaciones formales de gobierno y servicio público.
La “institucionalidad”, dentro de la Administración Pública, se refiere a los niveles jerárquicos que se deben de observar entre subordinados y superiores, debiendo siempre de guardar los canales adecuados para el efecto. Sin embargo, aquí es donde la “institucionalidad” sufre ciertas variaciones o desviaciones, en virtud de que el término se empieza a confundir pasando de ser “institucional” a diligente, a servil o sumiso.
Es cuando el servidor público equivoca o desconoce el concepto como tal y cree que la “institucionalidad” es sinónimo de “servilismo”, ya que considera que nada ni nadie puede ni debe de estar por encima de su “autoridad” y que los demás le deben de rendir pleitesía, aún por encima de otros niveles jerárquicos.
Es aquí, cuando la formación profesional que se tiene debería de ayudar al servidor para ubicar su real lugar; sin embargo, dentro de la administración pública, hay innumerables ejemplos de gente que demuestra que su educación no va de acuerdo con su profesión, ya que hacen uso de la “institucionalidad” para allegarse un sequito de seguidores que lo alaban sin mediar razón y lo llevan al grado de perder el piso.
En este sentido hemos visto como funcionarios de los tres niveles de Gobierno, terminan por perder piso y creen ser merecedores de toda la idolatría, llegando al grado de sentirse más importante que sus superiores.
Es por ello que aquí queda esta reflexión sobre si la “institucionalidad” debe o tiene que ser sinónimo de “servilismo” llevándolo al grado de la “sumisión”, o si la “institucionalidad” debe de ser ejercida responsablemente delegando funciones a sus subalternos de manera “diligente” para poder llevar a cabo el orden y la cooperación necesaria para el correcto desempeño de las funciones.
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