Lun. Abr 15th, 2024

Una de ellas, EL DÍA DE MUERTOS…
Aun con el gran esfuerzo de las autoridades y gente bien intencionada que trabaja en favor del rescate de las tradiciones.

Catemaco, Ver.—Por ciertas falsas modernidades algunas tradiciones en el siempre mágico municipio han quedado en el olvido o pérdidas las costumbres vernáculas; una de ellas, EL DÍA DE MUERTOS. (Foto | Cadena Pérez).
Catemaco, Ver.—Por ciertas falsas modernidades algunas tradiciones en el siempre mágico municipio han quedado en el olvido o pérdidas las costumbres vernáculas; una de ellas, EL DÍA DE MUERTOS. (Foto | Cadena Pérez).

Abel Cadena Pérez / Catemaco, Ver.—“Mándame flores, cuando las pueda oler; ¿Cómo acallar lo que sentimos dentro?, ¿A dónde alzar los brazos implorando?, ¿Dónde encontrar la luz de la penumbra?, ¿A quién llamar en el erial desierto? Más solo creo una verdad… ¡No se nos van los muertos! Si en el último albergue del alma los prendemos!, y aferramos su imagen al relicario eterno.”

Por ciertas falas modernidades algunas tradiciones en el siempre mágico municipio de Catemaco han quedado en el olvido o pérdidas las costumbres vernáculas; aun con el gran esfuerzo que realizan las autoridades municipales y gente bien intencionada que trabaja en favor del rescate de las tradiciones… Una de ellas, DÍA DE MUERTOS.

Por años el centro cívico sigue vigente en el sitio que actualmente ocupa y la mayor parte de los funerales se realizaban alrededor de la iglesia que por aquellas épocas era de tablas y techo de zacate.

Lo que se pudo corroborar entre los años 1955 y 1956, cuando se promovió la construcción de una nueva iglesia y al efectuarse las excavaciones de los cimientos de la misma, fueron encontradas numerosas osamentas pulverizadas en su gran totalidad por el paso del tiempo. De ello, ha pasado mucho tiempo.

No obstante, permeaba el misticismo y el ancestral culto, a Mictlan, que impulsaba a los pobladores a su visita a los difuntos menores el día primero de noviembre, que concluía a altas horas de la noche y madrugada y aun con sus temores ocultos el visitante antes del alba continuaba orando por sus difuntos mayores; prolongando así su estadía nocturna al lado del ser querido fallecido.

Adorando sus sepulcros con diversos tipos de flores, en especial de cempasúchil o flor de muertos, o flor de cien pétalos, su color representa la luz que indica a las almas el camino por el cual se les guía a casa; los cirios son señales de duelo y colocados en forma de cruz representa los cuatro puntos cardinales de manera que el ánima (difunto) pueda orientarse hasta encontrar su camino.

También la cruz es para recordar su fe, pues polvo eres y en polvo te convertirás; con lo cual se le recuerda que regresa a la tierra de la que salió. Se dice que Miztlancihuatl era la Diosa Azteca de la Muerte.

Por ende debemos impulsar una tradición muy arraigada en ese paradisiaco municipio catemaqueño, de la que se sienten orgullosos y vale la pena seguir conservando como “recién adquirido blasón y decencia perpetua de nuestra prosapia”, en la entrada principal del panteón municipal, ilustre catemaqueño Feliciano Lucho Lara, eternizó esta frase “Descúbrete mortal y tu frente inclina, que tu orgullo mundial aquí termina”.

EN EL OLVIDO LAS TRADICIONES EN CATEMACO 2