Vie. Abr 19th, 2024

Reflexión política
Lista, la lista del PRI…
Catemaco, bla, bla, bla…

LA GRILLA 1“Paciencia tiene el piojo cuando la noche es larga”. Compromiso profético.

El poder no pide  permiso, arrebata con secular utopía política cuyo principio de incertidumbre plantea que podríamos observar tal realidad pero sin cambiarla, sin modificarla, lo que no resulta una bendición, ya que cuando hay difuntos, los amigos dejan de serlo.

 

¿Con las actuales reformas se construye un nuevo país, y cimientos?

Es legítima la ambición de querer y buscar un país diferente, incorporado al advenimiento de las grandes transformaciones mundiales por parte del gobierno federal impulsándolo a promover reformas y otras mutaciones con las que han logrado derrumbar viejas murallas y conmocionar tanto la vida política como social del país…

¿Pero se tiene la virtud  de saber qué transformar  y qué conservar?

 

Los cambios promovidos a favor de la democracia y la apertura económica para transformar el país, impiden ahora aceptar o pasar por alto, el papel pasivo que ha tenido el poder legislativo y ellos mismos ni por omisión aceptarían ser responsables de cualquier error.

De cualquier manera, la soberanía, la libertad, la justicia de un país como el nuestro, no son valores circunstanciales que puedan y deban ser redefinidos a capricho de intereses o individuos, ¿por qué será que diputados y senadores mayoritariamente priistas nos recuerdan más los viejos tiempos que los aires nuevos?

 

El ejecutivo estatal, doctor Javier Duarte de Ochoa fue muy claro al pronunciarse en contra de cualquier intento por limitar las garantías constitucionales; la expresión de ideas es un derecho que está protegido por la Constitución, por ende la iniciativa que trata de impulsar en el Congreso del Estado, para regularizar las manifestaciones resulta improcedente, porque los derechos al libre tránsito, de expresión, de petición y manifestación pacífica están consagrados en la carta magna.

Algunos diputados ociosos dedicados al cultivo de los blancos productos a los que en ‘Topotilandia’ le llaman “blanquillos”, para evitar la referencia al símbolo de la virilidad, y al nada positivo hacer, se la pasan ideando extremistas actitudes.

 

La política es un oscuro y manipulador arte, compendio de la naturaleza, formado por la ambición donde resulta difícil olvidar las traiciones y minimizar deslealtades.

Poco a poco el PRI, consolida en cada distrito electoral sus piezas claves, hombres y mujeres con garantía de triunfo, por las características tan espéciales que rodearon el evento para el 2015, las cuales no serán tan sencillas de interpretar.

Ya enfilados, Alberto Silva Ramos por distrito de Túxpan, Anilú Ingran Vallinas por Veracruz; Mariano Francisco Saínes Mendoza, por Boca del Río; Noemí Guzmán Lagunes por Coatepec; Adolfo Mota Hernández por Xalapa Rural.

Marcelo Montiel Montiel por Coatzacoalcos, Gladys Merlín Castro por Cosoleacaque, Reyna León Cheluja, por Minatitlán; Tarek Abdala Saad, por Cosamaloapan.

Erick Lagos Hernández, por Isla, y Jorge Alejandro Carvallo Delfín por San Andrés Tuxtla; aun no están todos los que son y ya vivimos momentos intensos de política trascendente donde los distritos electorales federales empiezan “hervir como olla de topetes” y que los grupos hegemónicos luchan a brazo partido en pos de lograr el consenso popular hasta llegar a a la consecución de sus propósitos –la diputación federal-.

En primera instancia, baraja nueva, el urgente reclamo se requiere para la verdadera modernización del país, hombres y mujeres sin pasado corrupto y sin presente tramposo, jóvenes funcionarios sin pretensiones de favorito, ni vicios de nepotismo, con arraigo honrado en su tierra y con respeto ganado por sus acciones y atributos, el reclamo ciudadano urgente ya no más ‘Crazy Babies’  (Bebés Locos), faltos de oficio político que solo han operado como facción y qué daño le han hecho al pueblo.

 

En la siempre mágica ‘Topotilandia’ ciertas perspectivas entre la razón y la convicción política suelen resultar controvertidas, aunque la verdad adelgaza pero no quiebra; la censura suele perder aquellos a quien quiso servir, pero a todo ‘Julio César’ le llega su bruto, porque la verosimilitud y la credibilidad son tarea humana.

La verdad le pertenece a Dios, porque si alguien cree poseer la verdad, solo se encierra en una cárcel que por descomposición vanidosa el mismo crea rebasado por sus discrepancias y vacío intelectual.

La casa del pueblo es de cristal y no fue asentada sobre la tierra sino sobre firmes convicciones políticas de catemaqueños que buscaron y han deseado para ‘Topotilandia’ un mejor destino ante la apatía gubernamental.

Los ciudadanos toman más en serio que nadie, la búsqueda de soluciones y la oferta de propuestas que les vaya generando un desarrollo y beneficio familiar sustentable.

Con la aproximación de los procesos políticos electorales del 2015, en Topotilandia ya empezaron aflorar los ‘Mesías’. ¡Total, a pueblo mágico jodido, duro con él!

Pero en la mágica tierra, su gente no es tan masoquista para revalidar un escenario tan desigual y tan injusto y que solo en épocas electorales, por la búsqueda del voto acuerden de que existen para aquellos cuya habilidad ha consistido en renovar los instrumentos propios de la manipulación política y de manera convenenciera, extender la idea que avanzamos por la senda democrática.

“Engañaos volveréis a quedar…”

Para esto, ya tingoliches, bufones e incondicionales  de ciertos aspirantes a la diputación federal por el Distrito 19, se han desplazado por toda el mágico municipio tratando de mostrarse como los mejores amigos de los catemaqueños, los cuales se distinguen como  Judas, vende patrias.

Ingratos trapecistas, mucho ojo estos y de sucias traiciones tienen el valor y les vale hurgar en el estiércol, se distinguen aunque vayan disfrazados. En ocasiones ante esta amenaza de tingoliches es importante retraer los hitos de su obscura y corrupta historia y hacer comparaciones para evaluar los hechos pasados y presentes, porque están tan enfermos como sus vicios y tan sanos como sus resentimientos y rencores.