El dedazo y los 82 años de poder
Operadores políticos “fantasmas” ¿ y los candidatos?
Carvallo se consolida
Entre el nacer y el morir, el único patrimonio inalienable del ser humano está nuestra vida, vaso frágil de angustia y felicidad que siempre pueden arrebatarnos o destruir.
Muchos han sido los dioses que se han derrumbado en el curso de su vida, la falta de experiencia política, el espíritu desnudo de convicciones nacionales, la destacada ignorancia y el particular desprecio hacia la Historia de México y sus hombres, esos que sin necesidad de tener atributos para el presagio navegando por oscuras aguas políticas, en ocasiones, le han arrebatado el poder a los Jefes de Estado más aguzados.
Haciendo un poco de historia Tlacaelel (El de corazón varonil) en lengua náhuatl, personaje que nació en 1308 y murió a los 82 años, impuso en México la costumbre de designar a su sucesor, vieja práctica que se cree ha persistido hasta nuestros días y con gran arraigo en cierto anciano partido político.
Se cree que Tlacaelel, un personaje extraordinario de nuestra antigüedad Precuauhtémica dio el primer “dedazo” en 1440 al morir Itzcoalt (Tío de Tlacaelel) el consejo elector de Tenochtitlan decidió que Tlacaelel fuera el sucesor pero este rehusó tal nombramiento y designó a su medio hermano Moctezuma Ilhuicamina (El flechador del cielo) para que fuera el siguiente Rey de los Aztecas y convertirse así en el autor del primer “dedazo”.
Al fallecer Moctezuma, nuevamente Tlacaelel fue elegido y otra vez rechazó tal honor y dispuso que fuese su sobrino nieto Axayácatl, quien ocupara el trono.
Lo anterior volvió a ocurrir en sucesivas elecciones de sus sobrinos nietos Tizoc y Ahuízotl, a quienes también designó como gobernantes ejerciendo Tlacaelel nuevamente “el dedazo”; es considerado como el cerebro gris.
El poder tras el trono de aquel entonces, de cinco Emperadores Aztecas, durante los 82 años que vivió este personaje en México – Tenochtitlan, no se hizo más lo que ordenaba pues fue un destacado político y guerrero azteca.
Los retos siempre serán una lección, nunca un fracaso.
Veracruz de pronto se convirtió en un fértil invernadero de partidos y supuestas organizaciones políticas que no por numerosos y aparentemente disímbolos en sus ofrecimientos, representan el fortalecimiento de la vida democrática del jarocho estado.
Entre candidatos y “campañas fantasmas” se encamina la elección a diputados en los XXI Distritos Electorales Federales.
En el XIX Distrito de Los Tuxtlas, por su perfil humano, capacidad y honestidad, la figura de Jorge Alejandro Carvallo Delfín se ha ido consolidando en las preferencias de la ciudadanía de los nueve municipios que conforman el XIX Distrito Electoral Federal, la que no duda sobre la vocación política y aptitudes del candidato de la coalición PRI – PVEM a la diputación federal, quien en sus propuestas concita su interés principal a favor de los más pobres, con los que mantiene un acercamiento y trato personal, muy directo.
Los detalles hacen la diferencia.
Carvallo Delfín, viene realizando una campaña sencilla, transparente de cara al pueblo con la capacidad de respuesta a la magnitud de los retos a enfrentar para corregir el rumbo y donde es vital, impulsar la capacidad de respuesta a la atención de las crecientes necesidades de la ciudadanía, pues sabe que es vital impulsar los cambios que fortalezcan las bases de un desarrollo sustentable que mejore los niveles de vida de la población, la que a la fecha considera, al candidato como su mejor opción.
En este sentido político el resto de las campañas no se ven, y salvo raquítica excepción María Elena Cadena Bustamante, del PAN, en Los Tuxtlas, a los demás candidatos nadie los conoce.
Sus ‘disque operadores políticos’ no han tenido siquiera la gentileza de presentar ante la ciudadanía, la historia ni el perfil político y humano de cada uno de sus candidatos que, entre la apatía de los partidos y el miedo que tienen algunos de ellos en caer en la demagogia sus supuestas campañas han resultado oscuras y nada concurridas.
El duendecillo amarelo Julio César Vásquez Copete, solo anda con su fantasiosa momentánea notoriedad, con el escándalo que hizo “al sonarse” en estado etílico a su esposa y presidenta del CDM del PRD.
Después de eso ni quien lo pele.
La escasa y endeble militancia del PRD, “le hace fuchi”.
De Blanca Rosa Moreno Domínguez, se sabe va por el PT.
Por rumor de politólogos de café que en ese rubro calentando y puliendo sillas creen saberlo todo pero hasta ahí.
El “ujier” Joaquín José Rueda Muñiz, supuestamente va por Movimiento Ciudadano, quien ‘ubreó’ bajo la sombra del trapecista político topotero Elías Miguel Moreno Brizuela, en el PRD, allá en el Distrito Federal, hace un buen ‘temporal’, hoy está sin chamba.
El ‘ujier” sigue siendo igual de marro y su intención política va destinada al fracaso.
Nadie puede ser profeta en su tierra menos si en favor de ella nada se ha aportado.
Alejandrina Espinoza Pérez, suenan leves sus tambores, por el naciente Partido Encuentro social (PES).
Siendo regente de la comercial SAN Andrés Tuxtla, fue muy condescendiente con los medios, ahora ‘nayla’; se ha perdido en el espacio sideral de la política tuxtleca.
¿Saben quién es María Inés Zarza Carrizosa?
‘Quesqué’ va por Morena.
Chon Pueblo la quiere conocer ya que en cierta barda vio su nombre y nomas.
Que el profe Paco Chico Aguirre, está perfilado por Nueva Alianza, quienes lo conozcan avisen para la entrevista y la ciudadanía desea saber de sus propuestas.
La intelectual y joven profesora María del Carmen Rendón Cárdenas, surge a la palestra como candidata del lila, Partido Humanista, aunque claro en política si no puedes ver algo no significa que no esté ahí.
En estas campañas no hay derroche de recursos.
Que el INE los trae cortos, el asunto es parejo para todos los candidatos.
Pero.
Los partidos deben entender que a la ciudadanía no se le convence de votar mediante susurros fantasiosos de sus endebles candidatos, pero sobre todo, sus operadores y propagandistas deben de usar la imaginación, pues tienen la obligación de encontrar la medida precisa para que los trabajos de proselitismo no se conviertan en grotescas comedias, ni en funerales del entusiasmo electoral.
La ciudadanía está aburrida de tener candidatos sin expresión popular, ni dimensión histórica, ya que en política cuando pides lluvia tienes que lidiar con el lodo.
En Topotilandia, “la política rastrera” no debe estar en la superficie del precioso lago, si no en el fondo del mismo, junto a tingoliches y sapos rastreriles, indiferentes a las ideas sociales que hoy pueden tenerlo todo y que de la noche a la mañana olvidan lo transitorio que es todo en la vida; no se queda uno, ni con lo que trae puesto.
Estos raros animalejos son como el cáncer, se convierten en padecimiento porque la gente al no conocerlos bien les cobija y alimenta, sin saber que se mueven en un medio embustero donde todos rematan, donde tienen el valor y les vale más un Judas de plata, que un crucifijo de acero, pues no los salva ni la fe al no tener ninguna, pues viven dedicados a servir al mejor postor.
A propósito.
¿Habrán allanado sus rencores rojos y verdes?, el café es caro y no hay que desperdiciarlo y nunca se dijo que mayo fuese eterno.