No escribiré ni un verso, te decía
cuando el ansia de amarte me cegaba,
el poeta es un ser que padecía,
lo recuerdo muy bien así te hablaba.
No rimaré mis sueños ni desvelos
porque el bardo es un ser que siempre llora;
es un alma prendida entre los cielos
y el infierno interior que lo devora.
No escribiré jamás en consonante
aunque el mismo cariño me dictara
si tú quieres seré solo un amante
como tantos que van sin pluma ni ara.
Pero al verte tan bella, y al sentirte
palpitar en mis brazos tan inquieta
no me importa estos versos escribirte
aunque sufra después, como un poeta.
Pablo B. Pineda Cortés / Julio 15 de 1991.