Después de Guanhaní, descubrió Colón las islas de Cuba y Haití, la que bautizó “La Española”, donde construyó el fuerte Navidad.
Ahí dejó a una parte de su tripulación y regresó a España.
Fue recibido por los reyes católicos el 15 de Marzo de 1493, a quienes les entregó: plantas, animales y nativos de las tierras por él descubiertas.
Para asegurar sus derechos sobre esas nuevas tierras, los Reyes solicitaron del Papa Español Alejandro VI, su protección y garantía, lo que aceptó expidiendo una Bula, que garantizaba a España la posesión de las tierras a cien lenguas de las Azores o Cabo Verde. Portugal no estuvo conforme con esto; pero prefirió negociar que entablar la guerra y salió ganando por que se le reconoció Brasil, que poco antes había sido descubierto por Vicente Yánez Pinsón.
Además de los españoles y portugueses otras naciones europeas como: Inglaterra, Francia y Holanda por interés económico cruzaron el Atlántico para colonizar América.
Destacando en estas empresas los exploradores ingleses, Juan Cabot y Walter Raleigh, los franceses Juan Verrazano, Jacobo Portier y Samuel Champalain, quien fundó Québec y Montreal, primeras colonias Francesas en América.
Los ingleses establecieron trece colonias en el territorio de América del Norte en 1578, las que al independizarse de Inglaterra, formaron el país de Estados Unidos de América, quien aumentó su territorio al sur, por la razón o a fuerza, como decían los pesos chilenos, cuando aprovechando el “río revuelto” se apoderaron de más de la mitad del territorio mexicano.
Como dato curioso, Inglaterra dispuso que sus colonos trajeran a sus familias, para evitar que se mezclaran con los nativos, que éstos los despojaran de sus territorios y los persiguieran hasta terminarlos. Para sus labores pesadas tomaron a los blancos pobres y a los negros esclavos, traídos del continente africano.
Continuará…