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Feb 2, 2018

 ¿Debe desaparecer la CEAPP?

No confían en Miguel; tiene fama de traidor. Por eso tienen vivo al gordito
—Chopenjawer-Llévelo

En un inicio sí tuvo una creación muy repentina; fue en momentos muy álgidos, destinada a calmar los ánimos por los asesinatos de periodistas en el sexenio de Javier Duarte que, hay que mencionarlo, se dieron en el marco de un combate a la delincuencia organizada. Se recuerda entonces que incluso se pidió consejo a periodistas experimentados para proponer a los primeros consejeros para conformar lo que sería la Comisión Estatal para la Defensa y Protección de los Periodistas (CEAPP).
Ya existía un antecedente y una Comisión de Defensa de los Periodistas, así como una Fiscalía Especializada, aunque con menores recursos, menos personal, ni siquiera un marco jurídico que los amparara. De hecho el titular de la Comisión, Gerardo Perdomo Cueto (fallecido en 2012) era quien personalmente, junto a un grupo pequeño de abogados, viajaban a los puntos de conflicto para atender los problemas, los cuales en su mayoría eran laborales.
Una vez conformada la CEAPP ya en el sexenio de Javier Duarte de Ochoa, hubo muchas críticas porque hubo nombres (nos los reservamos para no herir susceptibilidades, pero todos en el gremio saben quiénes son) que resaltaron porque no eran bien vistos entre la flota y sí eran más cercanos al poder político que a la tropa. Muchos de esos primeros consejeros estaban vinculados a grupos de poder políticos, aunado a los altos salarios que se les atribuyó para ejercer sus funciones. Algunos funcionarios ni siquiera brillaron, y otros destacaron más pero por su ausencia.
Escuché a varios decir que al único que le reconocían un mérito por ser reportero, fue a Jorge Morales. Se recuerda que era el único que transparentaba sus gastos, y también alguna vez dijo que no le interesaba seguir en la CEAPP, pero finalmente siguió.
Por sus inicios, me inclino a que la CEAPP debería desaparecer, pero siendo Veracruz la entidad más peligrosa para los periodistas, y la lucha que ha costado crear este organismo y la Fiscalía Especializada, creo que se debe reestructurar a fondo, especialmente para ser más transparente.
Por ejemplo, la CEAPP no debería de ser una agencia de colocaciones para empleados de empresarios periodísticos; mucho menos de la clase política dominante. De hecho, el problema de la actual CEAPP es que si se criticó que los anteriores integrantes eran muy cercanos al poder, estos también tienen una relación cercana; es decir, nada cambió.
Tampoco se ha visto un real contrapeso de lo que es la Comisión, y sí una línea bastante endeble y sumisa en las condenas por asesinatos de periodistas. De hecho, los comunicados han sido más por situaciones que por iniciativa de transparentar o informar de hechos relevantes. No se ve una línea combativa, crítica, de señalamiento rigoroso a situaciones que afectan a los periodistas, especialmente en estos momentos de crisis donde han cerrado medios.
Es secreto a voces que son amigos de los consejeros quienes son los beneficiados de «apoyos»: becas, dinero, herramientas de trabajo; a otros, especialmente en estos tiempos donde muchos han perdido su trabajo, les dicen que lo más que pueden hacer es escucharlos, como si fuesen psicólogos o curas.
El colmo: una Comisión de integrada por periodistas que no informa bien ni tiene un canal preciso para informar de actividades, planes, etc. Hasta el día de hoy, muchos ignoraban que tanto alcance tiene la CEAPP y hasta mandaron a emisarios a decirle a los compañeros que le entraran a presentan propuestas de qué necesitan y en qué se les puede apoyar.
Ahora en esta nueva etapa, la CEAPP mantiene una confrontación con la diputada presidenta de la Comisión de Atención a Periodistas en el Congreso, María Josefina Gamboa Torales; el pleito es a todas luces personal y eso no lleva a nada; tampoco ha habido una postura real para definir y poner seriedad al asunto: todo ha sido un chisme, un pleito verdulero, acusaciones que en nada ayudan, pero sí ventilan cómo está de desorganizado el gremio.
Tampoco fue del interés de los diputados la comparencia de la CEAPP y dejaron que una sola diputada, María Josefina, fuese quien usara todo el espacio y protagonismo que se le conoce para sacar su bilis.
¿Debe desaparecer la CEAPP? No, ya está en marcha, sólo necesita que se reestructure, se limpie y sea transparente. Que no sirva solamente para darle trabajo a los amigos del régimen; que no sea un elefante blanco que ha costado mucho dinero. Debe ser una Comisión que destaque también por su profesionalismo para comunicarse con la sociedad.

NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Que ya están en algunas dependencias poniendo orden para la salida por ser último año del bienio; señal de que si pierde «Miguel Chiquito», prefieren limpiarse de una vez la cola o recortársela. No vaya siendo que los agarren desprevenidos.

OTRA NOTA: La revista Qúo, hace unos años, tenía una sección llamada «Somos Unos Estúpidos», y haciendo honor a esa sección, aquí van mi errores de la semana (de los que me acuerdo): no es Santiago Cruz Bahena el ex alcalde electo asesinado, el nombre es Santana Cruz Bahena; el Gober Cascarita no era diputado local cuando pidió la entrada del Comisionado Federal de Seguridad a Veracruz, era diputado federal (aunque ahora se hace el «ingenuo» solo y no se acuerda del tema); no es sexenio el de Cascarita, es bienio. Gracias por su atención.

LA ÚLTIMA PORQUE ME QUIERO DORMIR TEMPRANO: Decisiones difíciles, pero necesarias. En Coatzacoalcos se han abocado a una reingeniería administrativa pues han detectado oficinas saturadas de personal y hasta variaciones de hasta 30 mil pesos en los tabuladores de sueldos y salarios entre empleados, aparte de 343 trabajadores comisionados o asignados a entidades ajenas al gobierno municipal. Otro detalle a destacar, es que en los últimos 10 años se engordó la plantilla laboral con personal de oficina y sueldos fuera de sustento, algunos de ellos incluso basificados o sindicalizado. Ya sabe, cuando los Marcelistas dominaban el Ayuntamiento.