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Mar 7, 2018

El curandero Julián Gueixpal Rodríguez “Cotolay el Salto del Tigre”

on Julián Gueixpal Rodríguez “el Cotolay”.

—“Vamos vieja, acompáñame al monte, a cortar diferentes yerbas y raíces de cuatchalalate, barbasco y cascara de guaco para preparar la contra, hay que estar preparado, se acerca el Primer Viernes de Marzo, ya vez que hay muchos curanderos, unos malos y otros buenos”.
Así muy de mañana, antes de que saliera el sol, el feliz matrimonio de abuelitos caminaba rumbo del camino de El Arenal, donde se contaba que siempre se columpiaba en su cola el ‘Ave María Purísima’, a lo lejos entre la penumbra se miraban imponentes los cerros del Mono Blanco, el Ejega y el de las Animas, el abuelito le dio un puro a la abuelita, ya juntos lo empezaron a fumar.
—“¿Viejo para qué sirve el puro?
—“Es para que las culebras no se te acerquen, mientras caminamos; el olor las ahuyenta”.
Así los abuelitos se perdían en la oscuridad del monte entre los grandes árboles de amate, pochotes y cundorias, ya a temprana hora regresaban de cortar sus plantas, la abuelita pregunta.
—Viejo, ¿Si vistes a diferentes hombres y mujeres que subían al cerro?
—“Si vieja, son curanderos y yerbateros que los llevan a ser su pacto o son iniciados”.
—“Viejo, tú que conoces mucha gente del pueblo, cuéntame de algún curandero famoso”.
—“Mientras caminamos te contaré la historia de uno de los tres curanderos más grande de Catemaco, el ‘Cuate Gueixpal’”.
—“En la villa de Catemaco vivía un humilde matrimonio, a las afuera del poblado cerca del monte, don Juan Gueixpal Mayoral y Ángela Rodríguez Sosa, que era unos curanderos famosos, ya que eran hijos de curanderos por la partes paterna tío Feliciano Gueixpal y Piedad Mayoral y por la parte materna tío Maximino Rodríguez y Amalia Sosa. Don Julián y Ángela tuvieron su primera hija, Guadalupe; el 20 de Noviembre de 1922 tuvieron unos cuates, Julián y Raymundo Gueixpal Rodríguez, fueron tan humildes que los cuates no fueron a la escuela”.
“Julián “El Cuate” fue un niño muy trabajador, aprendió a pescar a sembrar hacer atarrayas y chinchorros para ganarse la vida y apoyar a sus humildes padres, viviendo en la calle Hidalgo, número 20, donde cuidaban un terreno de la familia Barragán, que eran de la ciudad de México, Julián seguía trabajando apoyando a su padre, pero también ayudaba a su abuelita, Ángela Rodríguez que era una curandera reconocida, quien le enseñaba el arte de lo oculto, lo blanco y lo negro, ya que era una ‘empautada’ con el demonio por que se convertía en nahual. ¡Era de temerle!, y siempre le decía Julián tu serás un gran curandero y te heredaré mis poderes y mis libros sagrados”.
“Pasaron los años y a la edad de 15 años Julián Gueixpal Rodríguez contrae nupcias con la señorita Rafaela Seba, tuvieron 3 hijos “Tito” el primogénito, Rosa y Apolinar. Julián seguía trabajando, tejiendo atarrayas y chinchorros y también pescando, pero le ocurrían cosas raras, cuando se encontraba pescando por las madrugadas en las islas de Agaltepec o las de Tanaxpi, le echaban agua o le hablaban de las islas, y cuando regresaba alguien invisible se subía a su lancha, y le echaba toda las ganas a remar, y pesaba y pesaba, al pasar cerca del Tegal el “Ave María Purísima” se aventaba al agua, así llegaba y le contaba lo que pasaba a su esposa Rafaela”.
“Después de vender su pescados en $10 pesos a don Carlos Escobar, en los metros del mercado, se iba a emborrachar, a la cantina del Tulipán de Felipe Absalón, cuando ocurrió un terrible caso, un pleito entre borrachos y fue muy gravemente herido Julián; llegó su hijo “Tito” todavía un niño y lo llevaron al hospital a San Andrés, donde estuvo gravísimo al borde de la muerte, y como era muy humilde casi ni le asían caso, sólo le decían a su mujer”:
—“Esta grave, de esta noche no pasa”.
—“Pero ocurrió, algo increíble”.
— “¿Por qué Viejo?”
—“Al séptimo día… ¡Sólito Julián se alivió de todo a todo! para sorpresa de los doctores, regresó a su humilde hogar y su esposa empezó a enfermar y falleció de inmediato, rápido corrió la noticia, entre chismes y más chismes decían, de que Julián hizo pacto con el demonio, y que entregó a su esposa.
“Entre chupe y chupe, entre los pescadores, el “Cuate Gueixpal” empezó a decirle a todos, ¿que pasó Cotolay? y le preguntaban qué significaba Cotolay; y les contaba, que cuando estaba en el hospital a punto de morir, llegó un hombre grande, lleno de cadenas, pulseras, anillos y diente de oro, le dijo”:
—“No te vas a morir tigre, eres mi discípulo, tendrás todo el poder de curar y sanar, y también de poner y quitar lo malo, tendrás mucho poder de transformarte en nahual de viajar y curar con tu espíritu”.
—“Tendrás todo a tus pies, haremos un pacto de sangre, me llevaré a lo que más quieres y serás poderoso —le agarró la mano y el sólo dijo así, cotolay” (compadre o demonio negro)”.
—“Así contaba el cuate Gueixpal entre copa y copa a sus amigos pescadores. Estando en el malecón vio a un señor con la pierna malísima con una gran llaga, y una niña que se convulsionaba. Se les acercó y les dijo: “Ustedes tienen un mal puesto por su enemigo, yo se las puedo curar, —le preguntaron quién era— les dijo soy el “Cuate Gueixpal” “El Tigre” y soy curandero y con la fe los llevó a su casa. Con plantas medicinales, aceites, agua y huevos, como no sabía leer abría los libros infernales que le heredera de su madre”.
—“Les ponía sus manos, se extasiaba, así iniciaba a curarlos, invocando a los demonios negros que salieran; y de la llaga podrida les sacaba muchos gusanos asquerosos y carne podrida que quemaba en un bracero, y después de 8 días el señor quedó curado quedando muy agradecido igual que a su nietecita, regalándole unas cadenas y anillos de oro ya que provenían de Oaxaca”.
—“Después de su viudez vuelve a contraer nupcias con la señorita Alejandra Mozo Xólotl de Santiago Tuxtla, teniendo 5 hijos Virginia, Lucia, Juan y unos cuates, como él, a los que llamó Claudio y Julián Gueixpal Mozo”.
—“Así inicia el “Cotolay” a curar, llegando mucha gente de Oaxaca y de la región, pero siempre humilde, pescando teniendo redes o chinchorros para mantener a su familia, “El Cuate Gueixpal” siguió teniendo visiones, así que fue a ver a su cuñado Isidro Pérez que vivía en la calle Gómez Pedraza de San Andrés que era un curandero “enpautado”, a que lo ayudara y lo iniciara como un brujo de magia blanca y negra. Así que durante 2 años apoyó en todo a su cuñado Isidro Pérez, donde en la Laguna Encantada terminó haciendo su pacto con el demonio”.
—“El Cuate Gueixpal se volvió famoso como brujo, a su consultorio le puso el Salto del Tigre; como él se identificaba como feroz y noble. Julián Siempre Vestido con pantalón pachuco y guayabera, lleno de cadenas, pulsera y anillos de oro que simbolizan el poder y la fuerza de un buen brujo y que utilizaba como amuletos, y de huaraches y sombrero, que simbolizan la humildad y nobleza de un catemaqueño, que por descendencia provenía de chamanes, curanderos, yerbateros y enpautados.”
—“La fama de Julián Gueixpal Rodríguez “Cotolay El Tigre”, su fama cruzó fronteras, su consultorio del Salto del Tigre, lleno de gente que venían en busca de curarse o de poder, políticos artistas, empresarios, deportistas y gente humilde a la cual siempre apoyaba, con curaciones, con dinero o con lo que necesitaran”.
—“El 21 de agosto de 1988 fallece a la edad 67 uno de los grandes curanderos de Catemaco, don Julián Gueixpal Rodríguez, “El Cotolay” del Salto del Tigre, quien dejó un legado familiar, como su hijos como grandes curanderos, Tito Gueixpal Seba que le dio mucho realce y fama a Catemaco, donde a su consultorio llegó una gran pléyades de artista de fama nacional e internacional, políticos gobernadores y empresarios”.
—“Apolinar un gran curandero y empresario quien lo dejó como brazo derecho y heredero de El Salto del Tigre, y su nieto heredero de uno de los dos libros satánicos que dejara su bisabuela Ángela Rodríguez”.
—“Así es vieja, la historia de tío Julián Gueixpal Rodríguez, que le dio fama a nuestro Catemaco. Apúrate vieja porque ya está saliendo el sol y hay que curtir las plantas y hacer la contra”.


“El Cuate Gueixpal” el su consultorio “El Salto del Tigre”.