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Dic 4, 2018
  • Cambio de paradigma en el aprovechamiento de la energía.

James Downie en su artículo “La Casa Blanca Trump intenta ocultar nuestra emergencia climática” publicado en el The Washington Post del 30 de noviembre, da cuenta como los intereses norteamericanos de los Republicanos que se identificaban con las afirmaciones de Trump: “el calentamiento global era una gran mentira”, hoy ven con preocupación que su líder es un mentiroso e ignorante y que ciudades como Wilmington en Carolina del Norte, Charlestón en Carolina del Sur y Miami en la Florida, han sufrido crecidas récord debido al incremento del nivel del mar.

Hace muy poco fuimos testigos del más grande y destructivo incendio forestal en California, que le quito a la vida a 85 personas y destruyo 14 mil hogares. Antes, la destrucción de Filipinas, Haití, Honduras y en nuestro país, graves afectaciones en Nayarit, Colima, Sinaloa y Sonora entre otros, por huracanes de potencia nunca vista. Así se expresa el calentamiento global.

Observar lo que ocurre en los países de mayor desarrollo, ofrece el beneficio de anticipar lo que probablemente va a ocurrir en el nuestro en algunos años.

Pero si además de observar, nos tomamos la molestia de estudiar la forma en que esa realidad se va ha expresar en nuestro país en el futuro, tiene la doble ventaja de atenuar los impactos negativos de ese cambio y ahorrar cuantiosos recursos que normalmente se dilapidan, cuando no se está atento a la innovación o cambio tecnológico y aceptamos que nos vengan a vender tecnología cara y obsoleta. Nuestro pasado de lento desarrollo esta plagado de ejemplos de esa trágica circunstancia.

Cuando la observación oportuna se convierte en una práctica, permite advertir cuando se aproxima un cambio de paradigma, que por su trascendencia afectará la economía y las relaciones sociales. Esa es la oportunidad que nos toca vivir porque ya inició.

En medio de la incertidumbre económica por una guerra comercial que se anuncia entre China y Estados Unidos, la amenaza del Brexit para los erurocomunitarios y el obligado cambio tecnológico por el Calentamiento Global; Noruega, con una población de 5.2 millones de habitantes, (menor que la Alcaldía de Portales en la Ciudad de México) rebasa el punto de no-retorno y lleva su economía a las arenas poco firme, dicen algunos, pero inevitables, dicen otros, de la política y tecnología verde; a la era del post-petroleo.

Cuando el Príncipe Akon y la princesa Sofía visitaron Veracruz, en 2010, dieron a conocer el interés de Noruega por encontrar sitios seguros para la inversión de su Fondo Soberano del Petróleo, que en aquel entonces alcanzaba los 80 mil millones de Euros. Vinieron a nuestro país a poner en funcionamiento un barco mezclador de petróleo “El Señor de los Mares”, de donde surge la Mezcla mexicana, que es la forma en la que se comercializa nuestro petróleo con el mejor precio en el mercado mundial.

Este Fondo Soberano de Noruega, integrado con las utilidades gubernamentales de la explotación del Petróleo, actualmente asciende a 847 mil millones de Euros, más de 10 veces mayor que en 2010.

Hace unos días nos enteramos por Financial Times, que ese propósito no quedo en buenas intenciones, y su Fondo Soberano está invertido en reservas petrolíferas de las compañías petroleras más grandes del mundo, donde posee acciones del orden: 1.7% (6 mil millones de dólares) en BP; 0.9 % en Chevron; 1.6 % en la francesa Total, entre otras.

Por esa razón, para sorpresa de todo el mundo, el Ministro de Energía de Noruega anunció, que su país iniciaba una desinversión de su Fondo Soberano Petrolero en reservas petrolíferas, para poner a salvo a su país de las ya frecuentes caídas del precio del petróleo, pero también, preparándose para un futuro de bajas emisiones, de tecnologías verdes amigables con el medio ambiente. Dicha desinversión se estima alcance los 30 mil millones de Euros.

En este cambio de paradigma, los noruegos no están solos, ese mismo día a través del New York Times, la CEO de la General Motors, la empresa automotriz más grande de Norteamérica, dio a conocer el cierre de tres de su plantas en estados Unidos y Canadá, por cinco razones de mercado en la que destaca el cambio en la preferencia de los clientes hacia los autos eléctricos, tecnología más limpia a la cual ellos van apostar.

La coincidencia de dos entidades de alcance mundial en optar por tecnologías verdes que no usan combustibles fósiles, nos permiten afirmar que estamos en presencia de un cambio de paradigma que ya está teniendo repercusiones mundiales.

La estrategia de Noruega debe alertar a México. Sobre el cambio de paradigma energético. No fue el agotamiento del recurso la que los impulsó, sino la inestabilidad de los precios del petróleo y el calentamiento global, cuyas graves repercusiones están adelantando la opción por energías verdes y sustentables.

Vale la pena que nuestra nueva Secretaria de Energía, Roció Nahle, tome en cuenta esta realidad. Si bien es loable la intención de lograr la autosuficiencia energética, vale la pena valorar la propuesta de construcción de una nueva refinería en Dos

Bocas, Paraíso, Tabasco. La vida media de este tipo de industria es superior a los 50 años y el cambio de los automóviles de combustión por eléctricos, ya inició.

Además, muy probablemente estemos presenciando en los próximos 10 años el endurecimiento de las políticas mundiales de defensa del planeta ante el calentamiento global. Así, aunque tengamos petróleo, probablemente en 20 años ya no podremos quemarlo en maquinas de combustión interna y nuestras refinerías ya no podrían usarse. Es de sabios rectificar.

Mis mejores deseos para el nuevo Gobierno que encabeza el Presidente Andrés Manuel López Obrador.