Alcalde catemaqueño pierde respeto y credibilidad

Juan Carlos Absalón, Catemaco, Ver.-El licenciado Jorge Alberto González Azamar, quien una vez pregonando en la conquista del voto para llegar a la Presidencia Municipal, hiciera una serie de promesas a los catemaqueños para que brindándole la confianza lo proclamaran alcalde, a menos de seis meses de su gobierno ha perdido el respeto por parte de sus habitantes y lo que es peor, la credibilidad.

Es claro que Jorge Alberto vino a servir y a trabajar por el progreso de los habitantes del turístico municipio, pero algo falló, y quizá mucho tenga que ver de la gente que le rodeo.

Cuando se falta el respeto así mismo, se falta el respeto a los demás, y no es posible que ahora las señoras que colaboraban para él como líderes en barrios y colonias ahora expresen pestes de su autoridad, a la que ahora no sólo le perdieron el respeto, sino hasta le tienen miedo; ¿qué significa esto? De gobernante municipal, el hombre ahora pretende convertirse en tirano y hasta en cacique.

¿Porqué surge esta transformación? En su momento fue clara la actitud del presidente municipal de Catemaco; perdió el piso y la transparencia de su administración, y al no querer enterar a la sociedad del quehacer administrativo municipal diario y sobre todo al ser cuestionado por diferentes medios de comunicación, el primer edil se divorció con los medios.

Y como se ufana de pregonar su antecesor, la administración municipal de Catemaco se encontraba en una caja de cristal donde todas las acciones eran vistas por todos, menos por los actores públicos, la fuga de información se vino al escándalo, donde su amigo y edil se vio involucrado en muchos de ellos.

Luego se descubre que la administración municipal tiene serias deudas con diversos proveedores de bienes y servicios, los cuales le hacen el favor de propagar la situación de las arcas del erario público municipal; más tarde se boletina que el H. Ayuntamiento pide dinero prestado, autorizado desde luego de allá arriba, porque el Ayuntamiento estaba en quiebra.

La actitud de su flamante Tesorero, es contaminada por la soberbia quien también imita a la superioridad a tratar déspotamente a los proveedores, y tan es así que se niega y se ha negado a pagar las deudas que tiene, y por allí también les guardamos sus facturas.

Con esta transformación de amabilidad el Alcalde busca quien sea su “gallito” para sustituirlo y presuntamente, con ello, pudiera cubrir algunos raspones y huecos que pudieran quedar por hacer mal uso del inmueble prestado por el pueblo.

Comienza Jorge Alberto González Azamar, en la promoción de su amigo (títere) Juan José Rosario Morales, con recursos del propio Ayuntamiento, para que la gente lo veo como el próximo candidato a la presidencia municipal, y se sale del escenario Jorge Alberto, para que “Juanito el de Catemaco” haga entrega de recursos e inaugure obras a nombre del Munícipe para que se posicione en el gusto de la ciudadanía.

Pero, algo estuvo mal en el proceso de registro ante el órgano correspondiente y “Juanito” se cae, y se cae desde una buena altura alcanzada, y eso incomoda a quienes ya le habían comenzado a tomar “cariño”, porque “Juanito” fue el primero que se aventó al ruedo, el hombre iba solo, adelantado por el presidente municipal que se encontraba tras de él promoviendo la imagen de su presunto sucesor, y con ello se viene abajo todo un “trabajo planeado intencionalmente” para beneficios de un grupo, que al final serían los mismos.

Aunque el pregón es de que hubo traición, que vendieron a “Juanito”, ¿y quién lo vendió? De eso no me consta pero los rumores que casi son señalamientos directos por parte de algunos catemaqueños, en su mayoría seguidores de “Juanito” señalan a un tipo que le dicen “El Cachetón”. Y de ello también hubo protestas de catemaqueños en el mítín celebrado en pasado días en la calle Constitución de San Andrés Tuxtla, donde Dante Alfonso Delgado Rannauro, se reunió con candidatos del Distrito XXV, evento al que acudió “El Peje”, el presidente “legítimo” de México, Andrés Manuel López Obrador; allí hubo protestas e inconformidades por lo sucedido a “Juanito el de Catemaco”.

Bueno, la historia ya la conocen los habitantes del turístico municipio; Jorge Alberto González Azamar, está como “El Pinocho”; entre más habla más le crece la nariz porque dicen los catemaqueños, se ha vuelto un mentiroso y he perdido el control hasta de sí mismo.

Y es que el hombre que iba contra el actual sistema, dio un cambio radical en imagen y hasta en su forma de pensar, o al menos escuchó la voz de arriba que le lavó el cerebro, le hicieron el famoso “coco wash”. De tal forma que ahora se desvive en atenciones a quienes atacaba públicamente en el terreno político electoral; ahora el hombre pasó de ser un servidor público a ser un servil, y con ello todo Catemaco le perdió el respeto y la credibilidad.

¿Qué estará pensando el hombre que casi se volvía protagonista de una emisora más a la que gente ya llamaba “Radiocachetón”, ahora que ya no tendrá quien le cubra algunas irregularidades administrativas si es que su flamante tesorero no las cubre a tiempo?

Sin duda alguna, Jorge Alberto González Azamar, debe estar muy preocupado, sobretodo porque a quienes aún les sigue debiendo por bienes y servicios lo están esperando…