Vie. Mar 29th, 2024

Las Dos Palmas Reales de la Iglesia.

Catemaco, Ver.—Recuerdo del centro del pueblito Catemaco, donde las palmas reales, ya contaban la historia de nuestra gente. (Foto Archivo del 1925 | D'Meme Absalón Leal).
Catemaco, Ver.—Recuerdo del centro del pueblito Catemaco, donde las palmas reales, ya contaban la historia de nuestra gente. (Foto Archivo del 1925 | D’Meme Absalón Leal).

Era una tarde fresca a fines de otoño.
Los abuelitos sentados en una banca rústica de madera del parquecito, bajo los frondosos árboles de dagame, frente a la iglesia de una torre dedicada a la Santísima Virgen del Carmen.
La abuelita preguntó; —“¡Oyes Viejo!… ¡Que grandes palmeras!… ¿Quién las sembró?”
Melancólico el Abuelo, habló mirando las grandes palmeras; “Si las palmeras hablaran, Vieja, te contarían el pasado y el presente de nuestro pueblo”.
—“¿Por qué Viejo?”
“¿Te imaginas… En su crecimiento cuántas cosas han visto y verán durante muchos años?”.
El repicar de las campanas, llamando a misa, despertó a los dos ancianos de su amena charla; poniéndose su reboso la Abuela, dijo: —“¡Vámonos!… ¡Ya es tarde!… ¡Tengo que prepararte la cena!”.
Voltearon a ver las dos palmeras que lucían radiantes, grandes y derechas, como dos centinelas custodiando el centro del pueblo, a paso lento, la pareja de ancianos enfilaron a su casita.
Una brisa fresca de la Laguna movió las frondosas palmas y como un murmullo se escuchó decir:
—“¿Escuchaste Hermana Palma, lo que platicaban los dos buenos ancianos?
Le decía una palmera real a la otra, —“¡Sí hermana, tienen razón los ancianitos ¿cuántas cosas hemos visto y escuchado, ¿oyes hermana?…
“¿Cómo llegamos aquí, cuéntame hermana?…
“Iniciaba el Siglo XIX, todos admiraban de la gran altura de la torre del que llevaría el reloj, mandada a construir por el jefe político don Francisco Mortera Cinta; su esposa doña Josefina Aguirre, dama generosa además católica con un grupo de señoras a mantenía limpia y arreglado el templo de San Juan Bautista, donde estaba la Virgen del Carmen…
“Adornaba con plantas y flores, el frente de la Iglesia, un día 16 de julio del año 1906, para celebrar las fiesta de la Virgen del Carmen; un día nos trajo de Acayucan (de donde era esta familia), para adornar el frente del templo, sembrándonos delante de todos que nos miraban con curiosidad, y preguntaban a doña Josefina ¿qué plantas son? y orgullosa decía, ‘son Palmas Real (yaguas) que traje de mi tierra Acayucan…
“¡Son grandes doña Josefina!… —Contestó, “crecerán muy altas para cuidar a la Virgencita”.
“Así fue como llegamos hermana Palma, y aquí estamos creciendo junto con la historia de Catemaco…
—“Hermana, ¿cuántas cosas hemos visto durante estos 110 años de vida, que llevamos cuidando el centro de este hermoso lugar…
“¿Te acuerdas, la alegría de los chamacos, cuando don Crispín Absalón Torres, divertía al pueblo con sus viejos, y que el día ultimo del año venía a quemar aquí al parquecito, enfrente de nosotras?…
“¡Qué hermosas noches de retreta, cuando el tambor anunciaba que el domingo, en el kiosco tocaría La Gogolocha… Los músicos llegaban cargando sus instrumentos de viento…
“Tata Lan (Julián Moreno) con su flauta; Ramón Nieves con su trombón; don Albino, con su violoncelo; Rafael Moreno, la guitarra y, Luis Chontal, los platillos…
“Eran el año de 1910, cuando se escuchaban los brotes de la Revolución…
“Por aquí llegó gente de la Capital, de México, dizque que apoyaran a un fulano de nombre Francisco I. Madero, que sería Presidente de la República para que lo conocieran, regalaban fotos de él, acompañado de otro fulano de la Revolución, Aquiles Serdán…
“Muchos hombres se alistaron para la Revolución y, como ganó, al parque le ponen su nombre Francisco I Madero…
“¿Te acuerdas hermana, que el 24 de abril de 1911, hasta tembló la tierra, cuando cientos de revolucionarios en sus caballos se reunieron aquí en el centro?… Al mando venia el coronel maderista Pedro Carvajal, quienes se dirigieron a las oficinas públicas, quemando la casa del jefe político Francisco Mortera, donde se encontraba toda la historia de nuestro pueblo…
“¿Te acuerdas que en agosto de 1914, por Sontecomapan, llegaron el capitán Antonio Portas, con grupos de revolucionarios, por que tomarían la plaza de San Andrés Tuxtla?…
“¡Cuántos recuerdos!… Susto se llevaron en 1922, cuando llegó el primer carro de San Andrés Tuxtla y que pertenecía a la familia Carrión… ¡Todos admirados!…
“¡Ah!… Pero nuestra patrona, la Virgen del Carmen, siempre era visitada por mucha gente que venía de lejos, trayéndole grandes regalos de oro, ganado y muchas veladoras en agradecimiento de sus milagros; el piso siempre lleno de cera y el techo todo negro de humo…
“¡Casi nadie limpiaba!… Los sacristanes gustaban de tomar la limosna o tener amoríos atrás de los portones; las señoras santurronas, todas vestidas de negro, tapadas con su mantilla o paño… Como eran criticonas, ‘que fulana se casó, pero que ya no era señorita”… O, “la hija de perengano salió con su domingo 7”, se sentían unas santas ¿y cuántas de ellas no salieron con su domingo 7”…
“Atrás de los portones de la iglesia vimos lo que hacían…
—“Oyes hermana, ¿cuánta gente del pueblo se volvió rica, robándole las joyas, el ganado y las tierras que le pertenecía a la Virgencita?… ¿Te acuerdas, cuando vino el Presidente de la Republica, el general Álvaro Obregón y le regaló una corona de oro, con piedras preciosas a la virgen?…
“¡Que se la roban!… Decían que fue el sacristán y que la escondió en el poso de su casa”.
—¿Cómo no voy acordarme hermana?…
“También escuchamos a los enamorados, decirse mil cosas, bajo la sombra de nuestras palmas…
—“¿Hermana, te acuerdas?…Cómo sufrimos aquel 29 de septiembre de 1955, cuando nos pegó de frente el ciclón de nombre Janet?…
“Era muy fuete el viento, que nuestros troncos a punto estuvieron de quebrarse…
“Dicen que fue una maldición; ya vez que quisieron matar al padrecito Lorenzo Arteaga, porque mando a retocar a la Virgencita del Carmen, de su carita…
—“No hermana, fue un milagro!… Porque todos unidos, levantaron esta gran iglesia que es el orgullo de todos los catemaqueños, gracias a Monseñor Lorenzo Arteaga Manfavon; además no respetaron nuestra jerarquía de Palmas Real…
“Hermana ¡qué tristeza me dio, cuando en 1955, el primer presidente de la Junta de Mejoras, don Vicente Benítez, mandó destruir el primer kiosco del parquecito y cortar los aromáticos árboles de dagame, mandando a construir un pérgola con una fuente, donde se encontraban unos lagartos y tortugas de la Laguna!…
“Alrededor del parque, sembraron árboles de jacaranda y framboyanes, ¿sabes cómo le llamaron al nuevo kiosco? ¡La Gasolinera!… ¡Pero qué bailazos!…
“Aquí se reunían la crema y nata, pobres y ricos… El parque se llenaba de bailadores con los grupos musicales; la Orquesta Lira del Carmen; Los Sonoramas; Los Cairos; Los Suiver’s; Los Astros de Joselito; Los Royer’s, La Femenil Catemaco, La Orquesta Aída; Los 7 Latinos; Los Catver Boy’s…
“También estuvieron grupos famosos; la Orquesta de Carlos Campo; Chico Tehuano; Carmen Rivero; Los Vásquez; Los Socios del Ritmo; Los 7 Modernistas…
—“¿Te acuerdas hermana, que en el 9 de noviembre de 1966, Catemaco fue elevada a ciudad, siendo presidente municipal el doctor Héctor Miguel Moreno Mendoza?… Había llegado la modernidad.
“En 1972 el presidente Alberto Uscanga Escobar, da inicio a la pavimentación de las primeras calles del centro, adiós a nuestras calles empedradas y casas de tejas y grandes corredores, que eran adornadas con macetas de palmitas y dientes de ajo y flores verdes… Continuando con la segunda destrucción del parque…
—“¡Si hermana!…
“Fue en 1981, cuando el presidente municipal licenciado Tomás Montoya Pereyra, manda destruir la pérgola, y manda a hacer el nuevo kiosco, que era de dos pisos, en forma de pastel mal hecho; además, manda derribar los árboles de framboyán y jacaranda, y manda sembrar los árboles de ficus, encerrados en cuadros en formas de tumbas, que por que había llegado la modernidad y que Catemaco ya era ciudad…
“Y, para completar, en 1987, el presidente Neftalí Escobar Ramírez, derriba unos ficus y construye una cancha de voleibol, enfrente de la Iglesia, porque era deportista; pero la juventud de ahora, que ya no respeta ¿a cuántas personas no le pegaron un balonazo?…
“La Iglesia creció, se volvió Basílica, pero como ya era insuficiente… Que destruyen la nave donde estaba la Virgen del Carmen, donde todos los feligreses subían a persignarse, construyéndole uno feo, con escalera de fierro, pero esto no termina…
“Para iniciar el nuevo Siglo XX, el presidente municipal, ingeniero Salvador Guerrero Moreno, vuelve a destruir todo el parque; árboles, kiosco, balaustradas y asientos. Por cuarta ocasión destruyen todo… Construyendo un nuevo parque, con un nuevo kiosco… Sembró árboles que no dan ni sombra, solo son de adorno porque estamos dentro de la Iglesia, sino Salvador Guerrero Moreno, nos manda derribar…
“¡Que recuerdos hermana, donde los catemaqueños defendían todo!…
—“Hermana, esos fueron otros tiempos!…
“Hoy los sacerdotes tiene ideas modernistas, los sacristanes se sienten dueños de la Iglesia, hay más grupos de hombres y mujeres católicos que cuidan nuestra Iglesia y apoyan a los necesitados…
“Miles de enamorados hemos visto unir sus vidas; señoritas llenas de ilusión vienen a darle gracias a Dios por llegar a sus XV Años… Niños que hacen su primera comunión y su confirmación; alegría nos da escuchar los gritos de los niños cuando en sus cabecitas les echan el agua bendita al ser bautizados…
“Hay hermana ¡cuánta alegría!… Pero también sabemos de tristezas, bajo nuestras sombras escuchamos los lamentos de dolientes al traer algún ser querido que fallece…
“Centenares de peregrinos que durante todo el año vienen a ver a nuestra Virgencita, y de rodillas le suplican la intervención ante Dios Nuestro Señor por un milagro…
—“¡Así es hermana!… Pero seguimos de pie, viendo crecer a este hermoso pueblo que Dios bendijo”.
Las dos PALMAS REALES callaron y sus grandes hojas fueron acariciadas por la brisa de la laguna, mientras tanto nos transportaron a toda una época en las maravillosas historias que guarda el paradisíaco Catemaco, destino turístico por excelencia.

Catemaco, Ver.—Las Palmas Reales, siguen escuchando la historia de nuestra gente. (Foto Archivo del 2015 | D'Meme Absalón Leal)
Catemaco, Ver.—Las Palmas Reales, siguen escuchando la historia de nuestra gente. (Foto Archivo del 2015 | D’Meme Absalón Leal)
Catemaco, Ver.—Las Palmas Reales, a 110 años, siguen de pie en el centro de nuestra ciudad. (Foto | D'Meme Absalón Leal)
Catemaco, Ver.—Las Palmas Reales, a 110 años, siguen de pie en el centro de nuestra ciudad. (Foto | D’Meme Absalón Leal)