Vie. Mar 29th, 2024

Contigo

Estaba, pues, Jehová con Josué y su nombre se divulgó por toda la tierra. Josué 6:27.

¿Cómo definir con palabras el dolor de Jaime? ¿Cómo explicar la causa de sus lágrimas? No es fácil. Los sueños son sagrados. Nacen en el alma, se van formando como un niño en el vientre materno.

Esperas ansioso el día de verle el rostro; pero ¿Qué sucede si pasa el tiempo y la realidad no aparece? Miras hacia los lados adentro y allí, en lo recóndito de tú ser, sólo encuentras restos de algo que se negó a ver la luz. Y te asustas, y te sientes que tu sueño se transforma en una horrible pesadilla.

Jaime soñaba con ser rico y famoso. Pensaba que, para eso el primer paso sería liberarse de los “tabúes” que el cristianismo le imponía.

Al final de cuentas, pensaba, “Vivimos en un mundo en que no hay lugar para los melindres de la conciencia”. Y partió como el águila, rumbo al infinito de sus aspiraciones, voló, voló y voló en busca del sol. Y de repente, sintió las alas chamuscadas en el fuego de la fama y volvió solo y triste, de regreso a su realidad de dolor y lágrimas.

Diferente realidad la de Josué. “Su nombre se divulgó por toda la tierra”, afirma el texto. “El joven líder de Israel no buscó fama, buscó servir, y el resultado fue la fama. Diferente de Jaime, que buscó la fama y encontró el dolor.

“Estaba, pues, Jehová con Josué; Dios controlaba su vida y sus decisiones el era el principio, el medio y el fin de su experiencia”. En el poder de Dios enfrentó a los ejércitos enemigos de Canaán y los derrotó.

Cada victoria alcanzada lo preparaba para la siguiente, su confianza en Dios aumentaba. Aumentaba también, su dependencia y su sumisión. Pero en esa sumisión. Lejos de convertirlo en un debilucho lleno de “tabúes” lo convirtió en un guerrero intrépido, capaz de ver la victoria antes que los enemigos surgiesen. La preocupación que dominó actos no era alcanzar la fama, sino servir a Dios y a su pueblo. La fama fue la consecuencia natural de ser guiado por el señor.

Has de de este día, un día de confianza, de entrega a Dios, ten la seguridad de que tus decisiones no son solamente tuyas. Pide la aprobación divina y después, parte rumbo a las grandes vitorias, que el señor tiene preparadas para ti. Porqué “Estaba, pues Jehová con Josué y su nombre se divulgó por toda la tierra”.