Sáb. Mar 22nd, 2025

Estados Unidos y China intercambiaron los primeros golpes en lo que podría convertirse en una disputa comercial de corta duración con efectos económicos limitados, o bien el comienzo de una nueva guerra comercial larga y dolorosa similar a la que se vivió durante el primer mandato de Donald Trump.

Cuando el nuevo arancel del 10% sobre todos los productos chinos entró en vigor el martes a las 12:01 am, China respondió anunciando un arancel del 15% sobre ciertos productos estadounidenses, como tipos de carbón y gas natural licuado, y un 10% sobre petróleo crudo, maquinaria agrícola, automóviles de gran cilindrada y camionetas. Estos aranceles se implementarán el lunes. El Ministerio de Comercio de China también incluyó a dos empresas estadounidenses, Illumina y PVH Group (propietario de Calvin Klein y Tommy Hilfiger), en su lista de entidades no fiables, acusándolas de «violar los principios normales de comercio». Esto limita significativamente la capacidad de estas empresas para operar en China.

Es posible que Trump y el presidente chino Xi Jinping intenten posponer estas acciones para iniciar un diálogo más profundo, como lo hicieron los líderes de México y Canadá antes de la implementación de aranceles estadounidenses sobre sus productos. Clark Packard, investigador del Centro Herbert A. Stiefel de Estudios de Política Comercial del Instituto Cato, comentó que si no se alcanza un acuerdo, la situación podría volverse bastante intensa. Sin embargo, esto no parece probable, ya que Trump y Xi no se reunieron el martes. Trump señaló que no tenía prisa. La opción más favorable sería que ambos países eviten medidas que escalen aún más las tensiones, como aumentar los aranceles. La situación aún está por definirse.