DÍA DE MUERTOS
LOS TIEMPOS CAMBIARON

Pasamos el DÍA DE MUERTOS, celebración mexicana de origen prehispánico, según la celebración católica el día 1 está dedicado a los Fieles Difuntos, y el día 2, a Todos los Santos.
Esta fiesta mexicana que realizan los vivos para los muertos está declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; los antecedentes históricos señalan que la celebración es desde antes de la llegada de los españoles, pues existen registros de estas celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca, celebraciones desde hace tres mil años.
Claro está que las formas cambiaron, pues antes conservaban los cráneos como trofeos y eran mostrados en los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento; coincidentemente en diferentes culturas siempre se cita el principio y el fin de la vida.
Preciso es mencionar que este “festival” ahora convertido en el DIA DE LOS MUERTOS, ya se conmemoraba en el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto y era celebración de al menos tres o cuatro semanas; estas festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la “Dama de la Muerte” (actualmente relacionada con el humor mexicano con “la Catrina”, personaje de José Guadalupe Posada); y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
De allí que haya una relación de celebrar por parte de los católicos primeros a los niños fallecidos, y el día 2, a los adultos muertos. Y en México por ser un país rico en cultura y tradiciones, es donde se hacen ritos para venerarla, honrarla, espantarla, incluso hasta burlarse de ella, y una serie de tradiciones y creencias que giran en torno a ella.
Aunque durante estos días en el panteón municipal de San Andrés Tuxtla, vimos la mezcla de culturas, que para muchos fieles creyentes fue una “irreverencia” encontramos sepulturas adornadas con motivos de la fiesta americana “Halloween”. Los tiempos cambiaron.
A propósito del DÍA DE MUERTOS en San Andrés Tuxtla, podemos comentarles que en el cementerio municipal los sepulcros lucieron al menos limpios, no tan enflorados como antaño, la “crisis” ahora es el pretexto, pues los menos llevaron coronas de flores de papel encerado, plástico o tela, según la creatividad de cada quien.
Ya no hubo la pinta de sepulcros que se realizaba año con año, donde todos querían lucir las tumbas pintaditas y con los nombres de los fallecidos con letras doradas o plateadas; eso se acabó. Las tumbas estaban lavadas o al menos recién barridas.
Los que aún conservan sepulcros a flor de tierra, al menos estaban limpios con sus flores de cempasúchil, que fue la flor más vendida y la “moyita”; no se vio la cantidad de flores un tanto más caras, los mazos de flores económicos en su mayoría estuvieron a la venta de 10 a 15 pesos; y las coronas de 50 a 150 pesos.
Poco trabajo hubo a diferente de años idos, para quienes fueron a ofrecer sus servicios de pintar cruces o monumentos; para quienes iban con sus herramientas a levantar tierra o limpiar sepulcros, y menos para quienes acarreaban agua.
Lamentablemente, hay que decirlo, y no es culpa de las autoridades municipales, aclaro, no estamos librándolos de su responsabilidad, pero encontramos algunos sepulcros en total abandono, algunos con bóvedas fracturadas o con tremendos hoyos lo que constituye un riesgo, así también encontramos algunos sepulcros convertidos en basureros, porque sigue habiendo gente cochina que no busca los depósitos de basura que puso el Ayuntamiento, echan la basura donde se les pega su regalada gana.
Por vigilancia policía podemos decir que los muchachos del 1/er. Comisario de la Policía Municipal de San Andrés Tuxtla, estuvieron haciendo los rondines correspondientes, así como del 1/er. Comandante del H. Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil, ingeniero Josué Ceja Espejo; hubo agua potable y el servicio sanitario público estuvo funcionando.
No hubo la gran afluencia en que el panteón se ponía a reventar, no ya no eso también se acabó; muchas cosas se acabaron y con ello murió el recuerdo que muchos tenían a sus deudos fallecidos; los vivos siguen vivos y los muertos en el abandono.
Las autoridades municipales hicieron lo propio, limpiaron el panteón a falta de los irresponsables parientes vivos, con ello también se evita que el cementerio se convirtiera como en el pasado en foco de infección del mosquito transmisor del dengue.
Afuera del campo santo, los puestos de nanches encurtidos, cuyos frascos iban de los 35 pesos hasta los 100 y 150 pesos; de flores de cempasúchil, coronas y antojitos estaban a la espera de los recién llegados.
Patrullas de la policía municipal y agentes de Tránsito de la Delegación Núm. 15, vigilaron el tráfico para así evitar la aglomeración, cosa curiosa, el elemento de Tránsito no tuvo el trabajo de los agentes viejos, que no sabían que hacer ante la exigencia de los conductores que pedían espacios con recordatorios familiares a los “tamarindos”.
Continuando con el tema, en el mercado municipal 5 de Febrero también los locatarios instalaron su altar, poniendo la foto del extinto alcalde contador público Octavio Pérez González, donde antes ya se había colocado la foto de Don Isidro Pouchoulen y otros comerciantes más, acompañado de una lista de comerciantes fallecidos.
No hubo la venta de flores que en años abarrotaba el interior y el exterior del mercado municipal; sólo era la venta de coronas y la flor amarilla; cosa curiosa, ahora los negocios que venden veladoras, inciensos, velas y demás eran los que se vieron saturados, con la compra de veladoras y copal.
Así transcurrieron estos días dedicados a los muertos, que celebraron los vivos.
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