Mié. May 1st, 2024

Vence 2-1 a Brasil en un duelo vibrante y en el que los amazónicos se hundieron en sus errores.

PORT ELIZABETH, Sudáfrica.-Están cortados con la misma tijera, pero no son del mismo material. La historia y el futbol decidieron hacer un guiño a una Holanda esforzada y de overol, que no carente de futbol, sobre un Brasil ensimismado, lleno de poder, pero rebasado por sí mismo y sus confianzas.

Y es que la ‘oranje’, un equipo tachado tradicionalmente por su falta de equilibrio futbolístico y mental, encontró su reserva de fuerza precisamente donde todos buscan su debilidad.

Brasil se puso al frente en el marcador con un juego parecido al que el mundo espera de ellos.

Kaká, Robinho, Luis Fabiano fueron tejiendo jugadas y encontrándose con florituras y espacios. Bien pronto hallaron el gol en una jugada en la que Robinho ganó la espalda a la defensa y Felipe Melo filtró el balón a los nueve minutos.

Y entonces el terciopelo afloró y la tribuna lo agradeció, aunque seguramente Dunga, que prioriza la efectividad sobre la estética,  desde la banca no estaba tan contento.

Brasil tomó el balón en el medio campo y buscó con insistencia el arco rival. Apareció un grupo amazónico preciosista que duró 45 minutos. La mejor muestra una jugada entre Robinho por izquierda, que dio a Luis Fabiano y éste de taquito sirvió a Kaká, Stekelenburg debió estirarse al máximo para sacar el balón.

Pero Holanda tuvo la virtud de que cuando las olas atacaron con un ir y venir furioso, sólo concedió un gol y navegaron con maestría entre el futbol de Brasil.

Y entonces los excesos.

Sneijder centró un largo balón y Julio Cesar, tan seguro en una campaña envidiable con el Inter de Milán, y Felipe Melo ‘chocaron’, y el balón terminó en las redes.

Fue para los brasileños como recibir a un ejército completo a una pequeña comida donde sólo se esperaba a un pequeño batallón, no supieron que hacer, se les atoró el futbol, el ánimo y el medio campo.  El guión se le vino abajo a Dunga y a la Verde Amarelha, y como mal comediante no supieron improvisar.

Robben, Sneijder, Van Persie, Van Bommel tienen la virtud de controlar y esconder el balón con facilidad, entendieron los ritmos del partido y vieron la inexplicable confusión de Brasil en sus ojos, le arrebató el esférico y fue como quitarle el alma.

Para colmo a los 67′, Robben cobró un tiro de esquina, Kuyt peinó el balón y de nuevo Sneijder apareció. De cabeza con una débil marca brasileña, puso el gol de la diferencia.

La confusión de Brasil se volvió impotencia. Melo se hizo expulsar y todo se volvió oscuro. Un pase errado, un servicio corto, una falta innecesaria.

Los naranjas se fueron haciendo fuertes con los minutos con un Heitinga, un Van Brockhorts, Van Bommel, un Van der Wiel y un Oojner enormes.

Brasil se diluyó en sus errores y en el pánico de verse eliminados antes de tiempo. Se fue haciendo pequeño y cometiendo todo tipo de errores. Incluso Holanda debió marcar una triada más de goles, pero le falló su pegada.

De cualquier manera, por una vez,  en el manejo del partido, la historia se revirtió: Brasil fue Holanda y Holanda se transformó en Brasil.