Hoy anduvo conmigo la tristeza
recordándome el día en que te me fuiste
recostado en mí pecho la cabeza
repetía que nunca me quisiste.
Me llevó por doquiera y nos pusimos
a llorar en un alto del camino
y le dije ¿si tanto nos quisimos
por qué ha sido conmigo así el destino?
Contestó: No te engañes, solamente
tú la amaste y jamás ella te quiso.
No te dobles mi amigo, se valiente
que sufrir en la vida es compromiso.
Y el dolor de saber que la has perdido
o el despecho de verla en otros brazos
no la harán regresar ¡Dale tu olvido!
¡Vamos hombre, ya olvida tus fracasos!
Y cubierta, con manto de quimera
recostado en mí pecho la cabeza
hoy anduvo conmigo por doquiera
recordando, mi amiga la tristeza.
Pablo B. Pineda Cortés.