Lun. Dic 4th, 2023

 

  • Rinden honores a los caídos en la pandemia.
  • El secre Zenyazen y su gira por Tuxpan.
  • Van por impulso al turismo de reuniones.

 

Willie Colón estará en Veracruz y uno ya anda practicando la de «El Día De Mi Suerte»…

—Chopenjawer

 

Jáltipan es de esos lugares mágicos pocos conocidos en el sur de Veracruz. Por su sangre corre la música y la historia.

No sólo es el lugar donde vivió uno de los gobernadores más recordados de Veracruz: Fernando López Arias, sino que está muy ligado al son jarocho.

En una ocasión, nos invitaron a un recital con el cantautor David Haro, en un rancho llamado «La Guadalupe», famoso porque su dueño Pablo Ramírez (hasta antes de la violencia del crimen organizado en tiempos de Calderón/Fidel) siempre tenía abiertas las puertas y dejaba que los amigos se instalaran en una palapa para convivir.

Esa tarde llegamos como parte del staff de OlmecaTV al concierto tipo unplugged donde ya circulaban las chelas y se convertía en bohemia. Uno de los chavos de Coatzacoalcos preguntaba dónde nos encontrábamos:

—En Jáltipan, bro…

—Aaah… ¿Es cerca de Veracruz, ¿no?

—Este… No.

Pocos saben que a Jáltipan llegan músicos bastantes reconocidos a visitar Las Lomas de Tacamichapan, donde se dan clases de son jarocho y toda la cultura alrededor de este género. De repente podías ver a integrantes de «La Maldita Vecindad» caminando por sus calles o al mismísimo Zach de la Rocha, de Rage Against The Machine, echando palomazo.

Uno de los grandes impulsores de la música jarocha –no sólo en Jáltipan, sino en toda la zona sur– es Ricardo Perry Guillén, uno de los promotores culturales más respetados, co-creador de Los Cojolites, una de las bandas más representativas del nuevo son.

Perry, entre los años 70 y 80, fue parte de ese grupo de jóvenes inquietos (minatitlecos, of course, no hay otros) en los que estuvieron José Homero, Manuel Uribe, Luis Arturo Ramos, Juan Meléndez, y otros que escapan a la memoria –ustedes disculpen, pero soy del 79, así que apenas estaba conociendo el mundo– que hicieron toda una revolución cultural en el sur a través de las letras y la música.

Fue gracias a este tipo de iniciativas, por ejemplo, que leyendas como Don Arcadio Hidalgo resurgieron del olvido donde lo tenían, haciendo renacer a «Mono Blanco».

Incluso ese grupo ganó un Premio Nacional de Periodismo por el suplemento cultural que formaban en Diario del Istmo, pero los propietarios del periódico prefirieron agenciarse el galardón y presumirlo como suyo, sin darle crédito a los entonces jóvenes editores.

Ese trabajo de impulsar la cultura permanece hasta hoy, pues si bien existe una fuerte influencia zapoteca-oaxaqueña en la región sur de Veracruz, gracias a los esfuerzos de esos inquietos se logró que la identidad veracruzana se rescatara y surgieran nuevas generaciones de músicos dedicados en cuerpo y alma al son jarocho. El ejemplo más reciente y emblemático son precisamente Los Cojolites, que han tenido éxito internacional sin perder la humildad y frescura que los caracteriza.

Lo más nuevo que podrán lucir en Jáltipan es el nuevo edificio del Centro de Documentación del Son Jarocho, que será inaugurado este viernes 31 de marzo a las 6 de la tarde. Tienen a una madrina de lujo: la también cantautora Natalia Lafourcade, quien aportó los recursos para construir el nuevo inmueble.

«Vamos a arribar a un momento muy especial para la cultura del sur de Veracruz, para Jáltipan y para nuestro proyecto cultural continuo», expresan los del Centro a través de redes sociales.

Y explican: «El 7 de septiembre del 17, el gran terremoto que sacudió el istmo mexicano, dañó estructuralmente la vieja edificación donde vivíamos y hacíamos un trabajo cultural que ya cumple 29 años. En un rato que fue tan eterno, perdimos las instalaciones y nuestras casas. Natalia Lafourcade había sido testigo del trabajo que hacemos en la educación de los niños y jóvenes tanto aquí en este lugar como en Luna Negra. Nos habló si queríamos que ella construyera un nuevo centro cultural. La alegría se adueñó de nosotros, había renacido la esperanza. No fue fácil, el trabajo fue fuerte, fuimos testigo del gran esfuerzo de Natalia para lograrlo, pero este esfuerzo también dio sus frutos, pues la música del concierto en el Auditorio Nacional con la finalidad de juntar fondos ha sido ganador de muchos premios, entre ellos el ser Disco del Año en los Grammys latinos. Tuvimos una etapa difícil por la pandemia, la construcción se detuvo y se encarecieron los materiales. Luego se retomó el camino para llegar a este día en donde Natalia Lafourcade hará entrega de este inmueble a todos los que ahí convergemos. Muchas gracias querida Natalia, te lo agradecemos profundamente a nombre de toda nuestra comunidad comprometida con la cultura de nuestro pueblo. Gracias».