En un hecho histórico que podría marcar el inicio del fin del prolongado conflicto en Medio Oriente, Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo para implementar la primera fase del plan de paz para Gaza, diseñado y promovido por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El anuncio fue dado a conocer por el propio Trump a través de su red social Truth Social, donde calificó el entendimiento como “el primer paso hacia una paz duradera, fuerte y verdadera entre dos pueblos que han sufrido demasiado”.
De acuerdo con fuentes diplomáticas, el plan contempla un alto al fuego inmediato, la liberación de todos los rehenes en poder de Hamás, así como la entrega de prisioneros palestinos detenidos por Israel, incluidos algunos que cumplen condenas de larga duración. Además, se permitirá el ingreso urgente de ayuda humanitaria a Gaza, el restablecimiento gradual de servicios básicos y la retirada parcial de tropas israelíes hacia una línea acordada entre las partes.
El pacto fue alcanzado tras semanas de negociaciones indirectas en las que participaron como mediadores Qatar, Egipto y Turquía, con la supervisión directa de Estados Unidos. Este entendimiento constituye el primer paso de un plan más amplio de 20 puntos, que busca sentar las bases para un alto al fuego permanente y un futuro acuerdo político.
El liderazgo de Hamás habría aceptado esta fase inicial bajo la condición de que las potencias mediadoras garanticen el cumplimiento de los compromisos por parte de Israel. A su vez, el gobierno israelí anunció que el gabinete de seguridad revisará en las próximas horas los términos operativos del pacto para proceder a su ratificación formal.
Pese al optimismo internacional, analistas advierten que los retos siguen siendo enormes. Aún deben definirse temas clave como el desarme de Hamás, su eventual participación política en Gaza y las condiciones para la reconstrucción de la Franja, devastada por años de guerra.
La ONU, la Unión Europea y diversos gobiernos del mundo celebraron el acuerdo, considerándolo un paso necesario para aliviar la crisis humanitaria que afecta a más de dos millones de palestinos. Sin embargo, subrayaron que el verdadero desafío será garantizar que este avance no se convierta en una tregua temporal, sino en el inicio real de un proceso de paz sostenible.
De consolidarse los compromisos acordados, esta primera fase podría abrir una nueva etapa de diálogo y reconstrucción para Gaza, y representar un hito en la búsqueda de estabilidad para toda la región del Medio Oriente.