Jue. Mar 28th, 2024

Edna López Domínguez, Juan Rodríguez Clara, Ver.—Diariamente, por carreteras federales y estatales, principalmente entre los municipios de Isla y Rodríguez Clara, transitan camiones y vehículos de carga con los jornaleros agrícolas, que a pesar de los riesgos que representa es la única forma que tienen a su alcance para trasladarse de los sembradíos a su hogar.

Y, es que en los camiones de carga pesada se observa como en la su parte superior viajan grupos hasta de 20 jornaleros que van rumbo a la siembra o a la cosecha, arriesgando su vida debido a lo inseguro en que se transportan, y que en algunas ocasiones esto ha resultado en tragedia para muchos que han corrido con la mala suerte de perder la vida.

Oficialmente no existe un padrón de familias jornaleras en los municipios asentados en esta zona de los Llanos del Sotavento. Sin embargo, estos municipios registran el mayor número  de familias dedicadas a las labores del campo, porque no tienen otra opción para poder llevar el sustento a sus hogares, y únicamente las labores del campo son las que les brindan esta oportunidad de poder trabajar.

El laborar como jornalero es algo deprimente, lo aseguran algunos de ellos ya que sus patrones no tienen la menor preocupación en darles algún tipo de seguridad social u otros beneficios, muchos jornaleros que laboran en esta zona son provenientes de comunidades de San Andrés y Santiago Tuxtla, contratados por empresarios que siembran cientos de hectáreas de piña y que requieren de quienes hagan el trabajo pesado, pagando bajos sueldos.

“Aquí trabajamos desde muy temprano, en ocasiones cuando hay que carburar lo hacemos en la madrugada, nuestro sueldo es de cien pesos diarios, de ahí tenemos que administrar para los gastos de la casa, gastos médicos y transporte cuando nos regresamos los fines de semana a nuestra comunidad, la verdad no tenemos protección alguna y tampoco podemos exigirla, ya que lo primero que nos dice el patrón es que si no nos conviene busquemos en otro lado, no nos queda más que aguantar para sobrevivir”, lo mencionó el joven Rodolfo Paxtián, jornalero de Santiago Tuxtla.

Entre los jornaleros también hay mujeres que se dedican a esta labor, y es que entre los piñales se observó a Ramona, una mujer de 48 años de edad, cubierta con una camisa de manga larga, una cachucha para cubrirse del sol y botas de jornalero… Ramona quien se sentó a la orilla de un árbol para poder platicar con este medio informativo mencionando que desde hace 6 años es una jornalera más. Esta mujer quien enviudó hace tiempo asegura que este es el único trabajo donde hay mejor sueldo y no le queda de otra más que luchar para sacar a delante a sus 5 hijos.

“Es pesado estar trabajando bajo los rayos del sol, pero así es la vida no nos queda opción a los que no tenemos estudios, aquí gano un sueldo que más o menos me alcanza para sostener mi hogar, no puedo quejarme aunque tenga que soportar los desvelos y los trabajos pesados de sembrar, carburar y hasta cosechar, ya me acostumbre, y también me acostumbre a convivir con varones”, lo expresaba mientras se limpiaba el sudor de su frente.

Este panorama es motivo para que la Secretaría de Desarrollo Social fije sus objetivos en atender al mayor número de familias mediante el esquema de jornaleros agrícolas para el mejoramiento de vivienda que contempla pisos firmes, instalaciones sanitarias (letrinas), así como el acondicionamiento de aulas para que los hijos de los jornaleros agrícolas puedan tener acceso a la educación básica, ya que de acuerdo a las encuestas son grandes las cantidades de niños que dejan sus estudios truncos en primaria o secundaria, para dedicarse a labores del campo.