Vie. Mar 29th, 2024

 

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COATZADIGITAL

ACAYUCAN, VER.

 

Tras el asesinato de la joven Magali Sosa Prieto, de 25 años, en la comunidad de Teodoro A. Dehesa, sus familiares aseguran que la joven ya había solicitado apoyo a la Agencia Especializada en delitos contra la familia en Acayucan.

Las tías de la ahora fallecida afirman que durante los tres años posteriores en que la joven decidió irse a vivir con su ahora asesino Jacinto Calderas, ésta permaneció encerrada y sin tener comunicación con nadie más que con el susodicho, esto según ellas les fue informado por la propia víctima en una visita a su pueblo natal.

Con el homicida, la hoy fallecida procreó dos niñas de 5 y 3 años, además de un niño quien cuenta con un año, y a quien Magali llevaba al Centro de Salud de Acayucan para que le aplicaran una vacuna.

Según informó la extinta a sus familiares horas antes de ser asesinada, tras conocer al sexagenario, éste se la llevó a vivir a una casa en el municipio de Ciudad Isla. Ahí fue testigo de varios enfrentamientos armados protagonizados por su concubino contra otros sujetos, situación que la mantenían con miedo y por lo que no había decidió escapar tiempo atrás.

Añadieron que Magali escapó de Ciudad Isla con sus tres hijos y se refugió en Coatzacoalcos, donde permaneció sólo unos días y al enterarse de que su pareja ya la había ubicado, escapó para hallar refugio en Acayucan.

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La mujer relató además la víctima había acudido a la Fiscalía Regional de Acayucan para presentar una denuncia en contra de Jacinto Calderas, sin embargo, las autoridades le manifestaron que no le podían tomar la denuncia, dado que el agresor tenía domicilio en Ciudad Isla y era en ese municipio donde debería presentar su denuncia.

Por lo anterior, se ha cuestionado ya a la fiscalía sobre el motivo por el que la hoy extinta no fue atendida, sin embargo, han argumentado que no hay registro de su visita al Ministerio Público y señalan que posiblemente Magali Sosa sólo pidió apoyo a las autoridades municipales.

El asesino de Magali la esperaba oculto bajo un árbol, según lo relatado por testigos, ella pasó caminando con su bebé de un año en brazos y el homicida le proporcionó dos disparos en la espalda, una vez tendida en el suelo se acercó a ella y le efectuó un tercer disparo en la cabeza para asegurar su muerte. El menor aterrado en llanto, quedó bañado en sangre, enredado en los brazos de su madre mientras el responsable escapaba para emprender la huida en un automóvil.