Jue. Mar 28th, 2024

Sergio Pitol, evasivo, diplomático y cortés, autor de El arte de la fuga (1996), justificó su postura: “No puedo hablar del licenciado Miguel Alemán. He recibido todo el apoyo. Soy su asesor (…) Usted me comprende”.

Gaudencio García Rivera | Xalapa, Ver.— El escritor y exdiplomático justificó su carrera diplomática al servicio de los intereses de México, advirtió:
“No puedo opinar del presidente de México, ni del gobernador de Veracruz (…)”.
Corría el verano de 2002, hacia su debut estelar el folclórico y estridente panista Vicente Fox Quesada (2000 /06) y en el último tercio del gobierno del priista Miguel alemán Velasco (1998/2004), Pitol Demeneghi aclaró su papel como intelectual ante el gobierno:
“Quiero que me entienda: soy asesor del gobernador del estado, licenciado Miguel Alemán Velasco, y como exdiplomático mantengo relación cordial con el presidente de la República, Vicente Fox (…)”.
“No puedo emitir opinión alguna sobre el gobernador del estado (…). ¡Espero que entienda mi posición!”.
El corresponsal de El Universal y reportero local había sido instruido por la redacción de corresponsales del diario propiedad del empresario Juan Francisco Ealy Ortiz, entrevistar al prolijo escritor veracruzano por adopción y poblano de nacimiento.
El exdiplomático, cuentista, escritor y traductor vivía en la calle de Pino Suárez, en la casa número 11, en la zona centro de la capital del estado.
En ese verano, el corresponsal tenía la indicación de entrevistar al laureado escritor sobre los resultados del gobierno de Miguel Alemán Velasco en favor de los intelectuales veracruzanos y si era suficiente el respaldo financiero que le otorgaba a la Universidad Veracruzana.
Sergio Pitol, evasivo, diplomático y cortés, autor de El arte de la fuga (1996), justificó su postura: “No puedo hablar del licenciado Miguel Alemán. He recibido todo el apoyo. Soy su asesor (…) Usted me comprende”.
La breve charla no duró más de 2 minutos. Se le preguntó su postura si era suficiente el apoyo gubernamental a los intelectuales veracruzanos, a 4 años de la gestión de Miguel Alemán Velasco, a lo que respondió Pitol:
“Discúlpeme, no le puedo dar ninguna opinión (…)”.
Pero usted como un respetable escritor y exdiplomático, ¿podría darnos una opinión, un juicio, una postura sobre los resultados del gobernador en materia de ciencia?
“No. No puedo. Lo siento. Soy asesor del gobernador Alemán”, recalcó el también de El desfile del amor (1984), La vida conyugal (1991).
Pero don Sergio, los intelectuales se quejan de que el gobernador no ha otorgado suficiente apoyo a la Universidad Veracruzana (…) ¿Podría usted fijar una posición?
“No. Lo siento. No puedo hablar sobre ese tema. Adiós”.
Esa fue el monologo del corresponsal y el destacado escritor que esquivó una opinión sobre el desarrollo y apoyo de los intelectuales veracruzanos del gobierno, por medio del magnavoz de su casa de Pino Suárez, y que este jueves 12 se ha despedido de los mortales a las 9:30 de la mañana, en su último viaje al eterno oriente. D.E.P.

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