Vie. Abr 19th, 2024
  • Como parte de sus vagas justificaciones ante el reportaje publicado en la edición 2153 de Proceso respecto de las triangulaciones financieras en la Fundación por más Humanismo, el panista Ricardo Anaya le atribuye al PRI la “filtración” de los datos que comprueban el negocio millonario que se realizó al amparo de esa agrupación.

 

(Proceso) Ciudad de México.- Creador y presidente de la Fundación por más Humanismo, que amparó en Querétaro un millonario negocio para dos constructores amigos suyos, uno de ellos miembro de la misma asociación no lucrativa, el virtual candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés insiste en que es ajeno a la maquinación, aun cuando hay evidencias que lo involucran directamente.
Anaya insiste en que renunció a la asociación civil en mayo de 2014, cinco años después de creada –tal como se consignó en el reportaje publicado en Proceso la semana pasada–, pero dos años después seguía siendo el representante ante las autoridades fiscales, tal como se acredita con la Constancia de Situación Fiscal de la asociación civil, con fecha de 7 de abril de 2016.
El domicilio fiscal de la Fundación por más Humanismo era el propio domicilio particular de Anaya, en el fraccionamiento Club Campestre de Querétaro, y el correo electrónico de contacto registrado ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) también era de él.
A su vez, el empresario Eduardo de la Guardia Herrera renunció como vocal de la asociación en la misma fecha que Anaya, pero siguió manejando la cuenta bancaria de la asociación civil hasta 2017, cuando emitió cheques a su nombre que cobró en efectivo.
No sólo eso. Los estados de cuenta de la fundación en el banco Santander llegaban al domicilio particular de De la Guardia Herrera, ubicado en El Pueblito, municipio de Corregidora, vecino de la capital de Querétaro, pese a que, desde mayo de 2014, ya no era vocal de la institución sin fines de lucro creada por Anaya.
De la Guardia era parte de esta última y titular de la cuenta bancaria junto con Anaya cuando, en 2010, recibió un depósito del empresario Abraham Jaik Villarreal por un millón 650 mil pesos para comprar un terreno en el que se construyó un edificio. Cuando éste se vendió, en 2016, ambos empresarios se repartieron los 7 millones 800 mil pesos de pesos producto de la venta.
De esta cantidad, depositada en la cuenta de la fundación, De la Guardia le pagó a Jaik Villarreal el millón 650 pesos que había depositado para la compra del terreno y le transfirió a la empresa de éste, JV Construcciones Civiles, 4 millones 909 mil pesos.
Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2154, ya en circulación