“Mi adolorido corazón”
por que me duele el corazón,
pero sí les quisiera decir
que existe una razón.
Me duele tanto de amar,
de todo lo que ha sufrido,
de tanto correr y trotar
para poder sobrevivir.
Me duele tanto el corazón
por que lo forcé en la infancia;
y él, con retumbos de tambor
aún late con constancia.
Es mi corazón leal amigo
que existo por que él palpita;
si se detiene, se irá conmigo
y no habrá nada que lo evite.
Ese ritmo armonioso
de mi adolorido corazón
me ha dado la satisfacción
de vivir con emoción.
Mi adolorido corazón,
me ha hecho muy feliz,
me permite en qué soñar,
olvidándome de lo gris
y al prójimo me inculca a amar.
Hemos viajado siempre juntos
en las penas y en las alegrías;
en las conquistas estuvimos a punto
de no lograr lo que pretendía.
Es mi amigo en el dolor
y en las aventuras muy exigente,
palpitando con ardor
para que fuera persistente.
Mi corazón adolorido
ha sido algo maravilloso;
mi impulsor y confidente
que sigue latiendo gozoso
para que exista, ciertamente.
Mi corazón adolorido,
hincha mi pecho a cada paso,
corriendo en mi ser su elíxir,
se agobia quizá por el fracaso
o por la lucha que fue difícil.
¡Ho!, mi adolorido corazón,
tú más que nadie,
dejarás que el último rayo del ocaso,
disfrutemos los dos con donaire
y nos envuelva por siempre en un abrazo.
Gracias por latir para escribir,
mi viejo corazón adolorido,
por que nada tenía hoy qué decir
porque te encuentras compungido.
EL AUTOR:
PROFR. JOSÉ DOMÍNGUEZ MARTÍNEZ
San Andrés Tuxtla, Ver., a 30 de Junio del 2010