Vie. Abr 19th, 2024

 

DAVID FAITELSON | ESPN.-“Huérfanos” de la Copa, América y Chivas se alistan para jugar el llamado ‘Clásico Nacional’. La realidad es que ambos equipos llegan en horas bajas de juego. El América está bien colocado en la tabla y Chivas lucha por aproximarse a una posible clasificación. ¿Qué puede resultar de eso? ¿Quién sabe? Puede ser un gran juego, cargado de emociones y puede ser un simple partido donde cada uno muestre sus debilidades y miedos. Se juegan todo y no se juegan nada…

CIUDAD DE MÉXICO — Tan contradictoria como ha sido su temporada, América y Chivas se juegan todo el domingo y también no se juegan nada.

Suele suceder casi siempre en esta clase de partidos: hay mucho en juego, pero nada parece tener un carácter definitivo. La realidad es que se aproxima un Clásico a la baja. En muchos sentidos, pero el más importante de todos es el pobre momento futbolístico en que América y Chivas llegan a él. Aún así, cualquier cosa es posible el domingo en el Azteca. América y Chivas están en posición de hacerse mucho daño o de ponerse peor de lo que parecen hoy en día y también de dejar que el tiempo pase el domingo por la tarde-noche en el sur de la Ciudad y que sus campañas sigan siendo marcadas por la mediocridad Ambos suspiran hoy por una vieja antología de recuerdos alrededor del partido y una creencia -mas que una realidad- de que el Clásico te puede redimir de todos tus “pecados”.

Decir que el puesto de Miguel Herrera está en juego para darle más morbo al partido me parece una barbaridad. No es así. Tampoco el resultado del Clásico resuelve todos los problemas y las dudas que existen alrededor de las Chivas de José Cardozo. Saber o entender quien tiene más presión es complicado. Lo cierto es que América y Chivas están en posición de hacerse mucho daño o de ponerse peor de lo que parecen hoy en día. Ambos suspiran hoy por una vieja antología de recuerdos alrededor del partido y una creencia -más que una realidad- de que el Clásico te puede redimir de todos tus “pecados”.

“Huérfanos” de la Copa MX, América y Chivas arriban en posiciones diferentes de la tabla, pero con sensaciones muy parejas y evidentemente la baja. El América no encuentra un sitio cómodo para jugar al futbol. Herrera lo ha intentado de diversas maneras, formas, jugadores, formaciones y el América no encuentra la brújula de su temporada. Está en los primeros sitios de la tabla porque el torneo mexicano suele ser muy irregular -por no llamarle mediocre-.

El América vive de momentos y de infidelidades, pero cuando necesita el espíritu de equipo, incluso ante un cuadro inferior como ocurrió a media semana contra el Ciudad Juárez de la división de ascenso, se desmorona y no ofrece ninguna garantía.

Y Chivas también ha tenido sus momentos.

Es más, han existido parajes del juego donde ha estado por encima del nivel pronosticado tras la “tormentosa” pretemporada que tuvo y el hecho de que perdió futbolistas importantes y no hizo contrataciones de gran magnitud. Aún así, José Cardozo, que ha hecho una excelente labor, los ha mantenido en competencia.

Chivas venía de dos buenos partidos en Liga -triunfo en Monterrey y un empate ante Gallos Blancos donde parecía merecer más- y sin embargo, cayó por la Copa ante un Pumas que no ganaba en Guadalajara hace 36 años. Cardozo ha aceptado que tuvo que descansar a jugadores lesionados -o “tocados”- y no ha tenido más que doblar las manos y admitir que el contrario fue mejor.

Es una realidad que el Clásico ha ido a la baja, desde temas pasionales -el crecimiento de otros duelos-, situaciones comerciales y obviamente en niveles futbolísticos, donde ni Chivas ni América llegan en su mejor estado posible. Cualquier cosa puede suceder el domingo. También, que sea un buen partido, lleno de emociones y hasta de buen futbol.

Chivas y América viven hoy de la incertidumbre, de un dilema donde todo puede pasar. La realidad es que la contradicción es tan grande como su actualidad: América y Chivas se juegan todo y no se juegan nada.