UNO NOTICIAS, CIUDAD DE MÉXICO.- En menos de 15 días la historia parece recobró el rumbo, México es el gigante de la CONCACAF y le pegó dos veces a los estadounidenses. Los Blanco, Vela, Giovani, Guardado y Castillo aportaron, pero quien inclinó la balanza fue Miguel Sabah, el mismo que fue campeón de goleo en la Copa Oro, el mismo que alguna vez dijo sentir miedo al jugar en el Azteca contra el América. Ese delantero que con Aguirre como técnico vive su mejor momento y este 12 de Agosto le dio tres puntos de oro al tricolor, aunque no fue fácil.
El primer golpe lo dio Estados Unidos, la anotación tempranera de Charles Davis puso hielo por unos minutos a la euforia mexicana. El sonido de las redes de la portería de Memo Ochoa silenciaron a más de 100 mil aficionados presentes en el estadio y millones a través de la televisión.
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Aunque poco a poco el equilibrio llegó, México empujó, metió atrás al rival y con un golazo, sí auténtico golazo, de Israel Castro empató el marcador.
El calor de la tribuna se incrementó, las porras, los gritos llegaron sin escalas a la cancha, el empuje nacional dejó saldo empatado al terminar los primeros 45 minutos.
Para el segundo tiempo, Javier Aguirre y Bob Bradley salieron con los mismos 11 jugadores, aunque solo bastaron 10 minutos para que el “Vasco” hiciera el primer movimiento, Carlos Vela tomó el lugar de Cuauhtémoc Blanco, quien se fue ovacionado.
El juego se tornó lento, ríspido en el medio campo. La claridad de ambos conjuntos no llegaba. Los minutos transcurrieron con un dejo de tensión en el aire. Aguirre hizo el segundo cambio. Andrés Guardado, visiblemente disminuido físicamente dejó el campo, y Nery Castillo ingresó llevándose la segunda ovación más grande de la tarde.
La angustia apareció al sur de la ciudad de México, el empate a un gol al llegar el minuto 75 incrementó la tensión y por momentos la angustia se apoderó de los aficionados. Los rostros en las gradas cada vez eran más rígidos, al igual que la férrea marca de Estados Unidos. Cero espacios, cero tolerancia para el ataque mexicano, las tarjetas amarillas infestaron la zaga visitante.
Fue el tercer cambio de Javier Aguirre el que rompió con todo, Miguel Sabah tocó el esférico por segunda ocasión en el juego y explotó el Azteca, gol de México, gol del triunfo, gol de Miguel Sabah que de paso exorcizó todos sus miedos en el Coloso de Santa Úrsula.