Jue. Mar 28th, 2024

La pandemia ocasionada por el COVID-19 ha sido catastrófica en muchos aspectos para todo el mundo, por ejemplo, las muertes que se cuentan por miles,  observamos comercios que han cerrado indefinidamente, gente que se ha quedado sin empleo, sin ningún ingreso para mantener a sus familias, el desplome de los precios del crudo y aun cuando pase lo más crítico de esta situación, tanto en el tema de salud como en el tema económico hay incertidumbre de lo que se avecinará y cómo seguirán estas secuelas afectando a toda la población.

Y aunque esta tragedia ha causado daños irreparables en la vida del ser humano, el encierro ha representado un respiro para la tierra, en el reino animal se están viendo cosas increíbles que son una nueva oportunidad para replantearnos el abuso que hemos hecho con los animales y con el planeta. Al día de hoy no se sabe con certeza qué exactamente dio origen al virus que nació en Wu Han específicamente en un mercado donde lo mismo se encuentran a la venta mariscos que lobeznos, cervatos, murciélagos, serpientes y cualquier animal silvestre que podamos imaginarnos.

 Las notas y videos periodísticos dieron cuenta de las condiciones insalubres en que eran comercializados, destazados vivos a veces en el piso  sin ninguna norma de higiene y no solo este mercado era un cultivo de virus por sus malas prácticas sino la mayoría de mercados con animales en China que operan semi clandestinos, es parte de la cultura de ese país comer cualquier animal que se les ocurra , hay gente que lo hace para mostrar estatus o porque tiene la creencia que cierta carne le sanará de una enfermedad o le dará vigor sexual, es un país que siempre ha estado en la polémica por estas prácticas poco convencionales teniendo las posibilidades de acceder a otra fuente de alimentación que no dañe el planeta pues China es uno de los países que está llevando a la extinción a varias especies de animales, por ejemplo: tigres indochinos, salamandra gigante china, tortugas americanas, el esturión, el escribano aureolado y el pangolín.

Así que después de esta pandemia que cobra miles de vidas diariamente China no debería continuar con el consumo de animales silvestres escudándose principalmente en las propiedades curativas de tal o cual animal. Según los principios de la medicina tradicional china, la salud del cuerpo está relacionada con la mente. El taoísmo predica las virtudes de la compasión, la frugalidad y la humildad. Estos están conectados con Jing (esencia), Qi (energía vital) y Shen (alma), que son las sustancias necesarias para mantener la vida, la medicina tradicional china de hoy se alejó por mucho de los principios taoístas fundamentales y su práctica se redujo a nada  de lo que una vez fue, sin tener a la compasión como su guía y para muestra el festival de carne de perro que se celebra anualmente en China donde miles de perros mueren en formas de extrema crueldad y dolor que nada puede justificar esta práctica.

Por lo que una de las cuestiones positivas del COVID-19 es que de una vez por todas y para siempre China ponga freno al comercio de animales silvestres y a las prácticas crueles con animales. El avistamiento de familias de jabalíes y delfines en Italia, 78 elefantes liberados en Tailandia a falta de turistas que pagan para que sean maltratados, el agua de los canales y la laguna de Venecia limpios y con peces, nos hablan de que la tierra se está dando un enorme respiro y en adelante nada será igual, no se puede volver a las viejas prácticas de abuso y depredación del medio ambiente, así como hemos adquirido nuevos hábitos de limpieza para frenar la pandemia también es necesario adquirir mejores hábitos para cuidar de nuestra casa que es nuestro planeta y de todos los seres vivos con quienes lo compartimos.