Columna 33 por Carlos Lucio Acosta

 El periodista doblegado
¿Violencia contra medios?

EL mayor crimen está ahora no en los que matan, sino en los que no matan, pero dejan matar.
José Ortega y Gasset/Obras Completas
 
El periodista se encuentra totalmente protegido por artículos, leyes y códigos emanados del tex­to constitucional, pero abandonado a su suerte a la hora­de poner en práctica los mandamientos de los mismos.
Tanto el periodista como el comunicador y medios de difusión social, están blindados en el discurso político de los tres niveles de la administración pública, a pesar de que la nómina de insinuaciones, amenazas, presiones, secuestro de publicaciones, cierre de radios comunitarias, bloqueos publicitarios, acoso sicológi­co, agresiones físicas, desapariciones, tortura y asesina­to, aumentan a velocidad vertiginosa.
En años recientes incorporaron a la agenda selecta de enemistades de periodistas y medios de comunicación críticos, tres nuevos actores: los caballeros de la delincuencia organizada, los dirigentes del sindica­to del crimen y los varones del narcotráfico.
EL periodista no sólo debe cuidarse del político inmoral, del funcionario corrupto, de los profesionales del homicidio y de los aristócratas de la droga, sino también de la complicidad policiaca y de la brutalidad militar.
Se requieren acciones concretas del Es­tado mexicano para prevenir y solucionar agresiones y crímenes contra periodistas.
Estas agresiones ubican a Veracruz den­tro de las principales entidades federativas del país más peligrosas para el ejercicio del periodismo denunciativo y de investigación.
La ruptura de los límites más elementa­les de seguridad en la realización del trabajo de los profesionales de la noticia, está a la vista.
La dilación, omisión y negligencia, ha­cen que en lugar de esclarecer las muertes, pasen a formar parte de las estadísticas de homicidios del fuero coman.
La libertad de expresión, el derecho a la información y la rendición de cuentas claras, molesta.
El rango creciente de atropellos a periodistas, comunicadores, corresponsales, reporteros y columnistas independientes, supone que en México como en Vera cruz disminuyen paulatinamente los espacios públicos para la difusión de investigaciones sobre temas políticos, económicos y sociales con verticalidad ética y orientación profesional.
La búsqueda de la verdad y el cumplimiento al pié de la letra de las garantías constitucionales no sólo se pagan con sangre, sino también con la vida.
Instituciones nacionales y extranjeras, coinciden en la urgencia de asegurar el secreto de las fuentes de información, despenalizar los delitos de injuria, difamación y calumnia, e iniciar la construcción de una sociedad más enterada, transparente y democrática.
Organizaciones no gubernamentales como el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, la Fundación Manuel Buendía, A. C., y Artículo 19, monitorean, investigan, documentan, elaboran, difunden y analizan informes sobre una base de datos relativa a denuncias y agresiones violatorias a la libertad de prensa.
EL Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, nació el 24 de enero de 1923 en la ciudad de México. Aglutina a trabajadores de medios de comunicación sujetos a contrato colectivo y a periodistas independientes organizados.
Miembro fundador de la Federación Latino Americana de Periodistas (Felap) e integrante de la Organización Internacional de Periodistas (Opi).
La Fundación Manuel Buendía, asociación civil constituida en septiembre de 1984, para difundir la obra y el pensamiento del columnista que le da nombre.
Manuel Buendía Tellezgirón, autor de Red Privada, asesinado por la espalda la tarde del 30 de mayo de 1984 por gatillero a sueldo de la extinta dirección Federal de Seguridad, entonces conducida por el capitán Fernando Gu­tiérrez Barrios.
Artículo 19 es una organización indepen­diente de derechos humanos que trabaja alrededor del mundo para proteger y promover el derecho a la libertad de expresión.
Toma su nombre del artículo 19, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este es el primer intento que busca mediante acciones rápidas y coordinadas, ayudar a prevenir, in formar e investigar agresiones a periodistas, para luego di­fundir con la firme intención de que los incidentes registrados no queden impunes.
El ejercer un periodismo lineal, sustentado en la investigación y construido con el peso específi­co de las evidencias, dejará de traducirse en sentencia de ­muerte a corto, mediano o largo plazo. Bueno.
(dr) columna 33, 2009, México