Vie. Abr 19th, 2024

 El periodista doblegado
¿Violencia contra medios?

EL mayor crimen está ahora no en los que matan, sino en los que no matan, pero dejan matar.
José Ortega y Gasset/Obras Completas
 
El periodista se encuentra totalmente protegido por artículos, leyes y códigos emanados del tex­to constitucional, pero abandonado a su suerte a la hora­de poner en práctica los mandamientos de los mismos.
Tanto el periodista como el comunicador y medios de difusión social, están blindados en el discurso político de los tres niveles de la administración pública, a pesar de que la nómina de insinuaciones, amenazas, presiones, secuestro de publicaciones, cierre de radios comunitarias, bloqueos publicitarios, acoso sicológi­co, agresiones físicas, desapariciones, tortura y asesina­to, aumentan a velocidad vertiginosa.
En años recientes incorporaron a la agenda selecta de enemistades de periodistas y medios de comunicación críticos, tres nuevos actores: los caballeros de la delincuencia organizada, los dirigentes del sindica­to del crimen y los varones del narcotráfico.
EL periodista no sólo debe cuidarse del político inmoral, del funcionario corrupto, de los profesionales del homicidio y de los aristócratas de la droga, sino también de la complicidad policiaca y de la brutalidad militar.
Se requieren acciones concretas del Es­tado mexicano para prevenir y solucionar agresiones y crímenes contra periodistas.
Estas agresiones ubican a Veracruz den­tro de las principales entidades federativas del país más peligrosas para el ejercicio del periodismo denunciativo y de investigación.
La ruptura de los límites más elementa­les de seguridad en la realización del trabajo de los profesionales de la noticia, está a la vista.
La dilación, omisión y negligencia, ha­cen que en lugar de esclarecer las muertes, pasen a formar parte de las estadísticas de homicidios del fuero coman.
La libertad de expresión, el derecho a la información y la rendición de cuentas claras, molesta.
El rango creciente de atropellos a periodistas, comunicadores, corresponsales, reporteros y columnistas independientes, supone que en México como en Vera cruz disminuyen paulatinamente los espacios públicos para la difusión de investigaciones sobre temas políticos, económicos y sociales con verticalidad ética y orientación profesional.
La búsqueda de la verdad y el cumplimiento al pié de la letra de las garantías constitucionales no sólo se pagan con sangre, sino también con la vida.
Instituciones nacionales y extranjeras, coinciden en la urgencia de asegurar el secreto de las fuentes de información, despenalizar los delitos de injuria, difamación y calumnia, e iniciar la construcción de una sociedad más enterada, transparente y democrática.
Organizaciones no gubernamentales como el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, la Fundación Manuel Buendía, A. C., y Artículo 19, monitorean, investigan, documentan, elaboran, difunden y analizan informes sobre una base de datos relativa a denuncias y agresiones violatorias a la libertad de prensa.
EL Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, nació el 24 de enero de 1923 en la ciudad de México. Aglutina a trabajadores de medios de comunicación sujetos a contrato colectivo y a periodistas independientes organizados.
Miembro fundador de la Federación Latino Americana de Periodistas (Felap) e integrante de la Organización Internacional de Periodistas (Opi).
La Fundación Manuel Buendía, asociación civil constituida en septiembre de 1984, para difundir la obra y el pensamiento del columnista que le da nombre.
Manuel Buendía Tellezgirón, autor de Red Privada, asesinado por la espalda la tarde del 30 de mayo de 1984 por gatillero a sueldo de la extinta dirección Federal de Seguridad, entonces conducida por el capitán Fernando Gu­tiérrez Barrios.
Artículo 19 es una organización indepen­diente de derechos humanos que trabaja alrededor del mundo para proteger y promover el derecho a la libertad de expresión.
Toma su nombre del artículo 19, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este es el primer intento que busca mediante acciones rápidas y coordinadas, ayudar a prevenir, in formar e investigar agresiones a periodistas, para luego di­fundir con la firme intención de que los incidentes registrados no queden impunes.
El ejercer un periodismo lineal, sustentado en la investigación y construido con el peso específi­co de las evidencias, dejará de traducirse en sentencia de ­muerte a corto, mediano o largo plazo. Bueno.
(dr) columna 33, 2009, México