Jue. Mar 28th, 2024

Se inicia la era del automóvil en San Andrés.

En 1922 los ayuntamientos de San Andrés y Catemaco con picos y palas, y alguna deficiente maquinaría del Gobierno del Estado, modificaron el camino que partiendo de esta ciudad rumbo Agoyotlan, pasaba junto a la Laguna Encantada y llegando al río de Sihuapan continuaba por el camino viejo hacía Catemaco.

Según versiones de esa época, ese camino costó en trabajo y material al Gobierno del Estado, alrededor de veinte mil pesos, por construcción de puentes, alcantarillas y corte de taludes; así como los desagues, pudiendo decir que fue obra provisional y al término solo corrían dos únicos coches.

Varias personas como Manuel Godoy, Manuel Silva de Orizaba; todos comerciantes trajeron uno, dos camiones, otro un coche que servirían como pasajeros a Catemaco y viceversa; pero no sirvió.

Fue necesario que transcurrieran tres años, ya que en la Semana Santa de 1926 que estuvo muy concurrida, no se supo cómo ni porque llegaron tantos vehículos de alquiler que completaron catorce con los vejestorios que había.

Fue tanto el movimiento de día y que noche, durante toda esa semana, que cobrando un peso de pasaje por personas; varios de ellos se ganaron alrededor de ochocientos pesos libres…

La gente tomaba los coches por asalto, aquí y en Catemaco, y no había tiempo que perder, pues comían trabajando.

Así se inició la fiebre de trabajar en coches, que de año en año aumentaba y así se estableció el servicio de Catemaco, a la estación del ferrocarril a la llegada y salida de los trenes y más tarde al campo de aviación, primero cada dos días y después diario.

1926

El 7 de diciembre, la oficina del ferrocarril avisó al público que suspendía la corrida de los trenes, debido a que un fuerte temporal hizo que el río San Juan creciera, la corriente destruyó las pilastras de dos secciones de la estructura de fierro y cayeron al agua, y sobre un puente provisional de madera; se reanudó el transito hasta abril de 1927.

Continuará…